La colla El Pixaví volvió a organizar visitas al monumento más emblemático de la ciudad, El Fadrí, en un acto ya tradicional en las fiestas
Los castellonenses pudieron conocer el interior de El Fadrí
Los poco más de 90 escalones de El Fadrí recibieron ayer la visita emocionado de más de 600 castellonenses que, en grupo de 30, pudieron conocer el interior de uno de los más característicos emblemas de la ciudad: el campanario separado de la catedral por sólo unos metros.
"Por eso se llama El Fadrí", explica uno de los miembros más veterano de El Pixaví, José Juan Sidro, quien resalta a los visitantes otra curiosidad de este viejo monumento: "Es uno de los pocos campanarios que no son de la Iglesia, sino que su propiedad es municipal", algo que sin duda sorprende a más de uno.
La colla El Pixaví lleva organizando visitas guiadas al campanario desde hace 21 años, aunque la iniciativa empezó hace exactamente 22 años atrás: "El campanario estaba cerrado y abandonado y la colla pidió permiso al ayuntamiento para visitarlo el lunes de Magdalena. Y al bajar, pudimos comprobar como se había formado una cola de gente que también quería conocerlo por dentro...".
Aquella iniciativa propicio una estrecha colaboración entre la entidad y la corporación municipal, que permitió iniciar un proceso de mejora y restauración del monumento, al tiempo que El Pixaví pasaba a organizar cada tercer día de fiestas unas visitas a El Fadrí plenamente consolidadas.
