A unas horas de que la Edad Media envolviera sus calles, Estella abrió ayer las puertas de su iglesia matriz a las primeras visitas del programa puesto en marcha para dar a conocer San Pedro de la Rúa, inmersa desde el año pasado en un proceso de restauración. Ambos acontecimientos -tanto el inicio de la Semana Medieval como el de los recorridos guiados al templo en obras- caminaron de la mano con un estreno institucional al que siguieron las del público el resto de la jornada.
La empresa responsable de mostrar San Pedro, Navark, contaba ya desde la mañana con los cupos completos de doce personas como máximo para los primeros días.
El consejero de Cultura, Juan Ramón Corpas, y la alcaldesa de Estella, Begoña Ganuza, junto a otros responsables del departamento, concejales regionalistas y representantes de la junta de la Asociación de Comerciantes encabezados por su presidenta, Esther Calatayud, se dirigieron a la portada norte de San Pedro tras inaugurar la Semana Medieval en su escalinata. Les esperaba una detallada información del arqueólogo Mikel Ramos Aguirre y un reto en forma de estrecha escalera de caracol con 108 peldaños hasta llegar al campanario, un ascenso más complicado con el atuendo que los convirtió durante una hora en antiguas damas, peregrinos y caballeros medievales. Como ellos lo hicieron, quienes suban a la torre, que se alza a 30 metros de altura respecto a la entrada, disfrutarán de unas espléndidas vistas de la ciudad.
Las explicaciones comenzaron en la portada norte, objeto de una limpieza a base de láser que la ha liberado de daños producidos por el paso del tiempo y de los materiales de restauración añadidos. Las visitas -como señaló Mikel Ramos- serán dinámicas e irán siempre al compás de los trabajos que continuarán en los próximos meses. Desde la fachada, tras salvar la plataforma, los protagonistas de este primer recorrido, con casco y audioguías para seguir en todo momento los datos aportados por el arqueólogo de Navark se asomaron a la excavación.
Supieron, mientras contemplaban la labor de los expertos, que obedece a un doble objetivo, el de detectar posibles patologías en el subsuelo y el de completar el conocimiento histórico de un edificio de transición del románico al gótico. De entre las tumbas descubiertas -unos 500 enterramientos aunque se cree que podrían alcanzar el millar- destaca la cripta de los mariscales, con documentación gráfica dispuesta para mostrar también al visitante.
A esta primera incursión en el templo, siguió el ascenso por la torre -limitado por su dificultad a personas con condiciones físicas adecuadas- en el tramo final de un recorrido que se prolongará durante unos 45 minutos. A partir de hoy, y durante toda la semana, prosigue el programa con cinco visitas diarias (a las 11, 12, 13, 16.30 y 17.30 horas) que podrán ser siete si hay demanda para ello. Como se ha informado, el precio es de 3,50 euros y los interesados pueden dirigirse al teléfono 948 550070 o concertarlas a través del correo electrónico visitas@navark.es.
Debido al contenido oficial de esta primera jornada, el primer día se cerró finalmente, en lo que al público se refiere, con las dos visitas vespertinas. Las cinco de hoy están ya completas y el interés despertado por la apertura del templo se tradujo en constantes llamadas y envíos de correos electrónicos a la sede de la empresa responsable de gestionar esta oferta del Gobierno de Navarra, situada en la propia oficina de turismo.
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