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© ABC (2010) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 18-04-2024 |
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Todas las campanas de la catedral de El Burgo de Osma (Soria), que fueron restauradas hace apenas un año, han dejado de voltear a la espera de su revisión por campaneros especialistas, tras la caída de una de ellas ayer minutos antes de la procesión del patrono de la diócesis de Osma-Soria, San Pedro.
Las campanas sólo han mantenido los toques de hora, según ha confirmado el responsable de Patrimonio de la Diócesis, Juan Carlos Atienza, a la espera de la supervisión por parte de los campaneros.
La campana que salió despedida por los aires, cuando volteaba ayer para anunciar el inicio de la procesión del patrono, se desprendió del yugo por causas que tendrán que ser determinadas por los campaneros y la empresa restauradora, ha adelantado Atienza, tras recordar que el suceso no causó desgracias personales.
Este instrumento, que no estaba dedicado a ninguna advocación, pesaba 729 kilogramos, según el pesaje efectuado antes de su colocación el pasado noviembre, mes en el que concluyó su restauración.
Atienza ha confirmado que la campana caída es de las de tipo mediano de las diez existentes en la torre barroca de la catedral y se encontraba sola en uno de los vanos.
Según ha apuntado, se trataba de la última que se había fundido, concretamente en 1981, y fue elaborada por el taller de Manuel Quintana, de Saldaña (Palencia), cuando era obispo de la Diócesis Teodoro Cardenal.
La campana ha formado parte de las obras de restauración del campanario de la seo de el Burgo de Osma, acometidas el año pasado por el Instituto del patrimonio Histórico Español, de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, con una inversión de 253.994 euros.
En la restauración realizada en todas las campanas, se había sustituido su original yugo metálico por otro de madera, ha confirmado.
La torre barroca de la catedral de El Burgo de Osma, de una altura calculada en 72 metros, acoge en su interior las campanas que durante años han anunciado a los burgenses los actos religiosos y civiles que suceden en la villa y su restauración se llevó a cabo hace pocos meses en Murcia.
La mayor de todas ellas es la de San Pedro, fundida en 1908 por la empresa Ramón Menezo y hermanos y pesa tres toneladas y media, mientras las demás, como la que se ha caído, son más pequeñas, la menos voluminosa de un peso de 250 kilogramos.
Parte de ellas están dedicadas a distintas advocaciones, entre las que se encuentran la adoración de San Juan, de las Ánimas, de la Inmaculada, de Jesús Nazareno, de la Picotera, además de otra denominada del Entablado.
Atienza ha reconocido que el accidente fue un auténtico susto para los inquilinos de la casa aledaña a la seo sobre la que impactó la campana al caer, cuyos moradores sintieron que la vivienda vibraba con el impacto.
José Ignacio Palacios, en su libro "Campanas en la provincia de Soria", editado en 2007 por la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, específica las características de la campana que cayó de la torre barroca.
La publicación explica que la campana, a la que no se había puesto denominación y que quedó hecha pedazos tras el suceso, se encontraba ubicada en el lado oeste, en la parte más próxima al sur, tenía una circunferencia de 1,84 metros, un diámetro inferior de 1,09 metros, una altura de 0,95 metros y un borde de 0,11 metros.
El estado de conservación, según estas mismas fuentes, era considerado bueno a pesar de que la campana era el resultado del fundido de otra anterior de la queda su yugo en el Museo Catedralicio de la catedral de El Burgo de Osma.
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