Las iglesias de Capiscol y Medina de Pomar celebrarán su funeral. - Autor: RODRIGO, Alberto
Fallece a los 76 años Alejandro Céspedes, ex párroco de Capiscol, impulsor de la dulzaina, miembro del Orfeón y Buen Vecino de Burgos
La imagen de Alejandro Céspedes Resines (Medina de Pomar, 1933) estará unida siempre a la dulzaina, el barrio de Capiscol y el Orfeón Burgalés. Aficionado desde pequeño a la música, el que fuera durante 36 años cura de la parroquia de El Salvador, decidió construir sus propias dulzainas cuando comprobó que era muy difícil y caro hacerse con uno de estos instrumentos. A lo largo de los años, Alejandro Céspedes elaboró más de seiscientas de estas flautas castellanas, una labor que le valió el reconocimiento de los artesanos y de los alumnos y alumnas que a lo largo de los años han aprendido a tocar en la Escuela de Dulzaineros de Capiscol, germen de la actual Escuela Municipal de Dulzaina.
Como explicó a este periódico en 2002, el mismo día en que el Colectivo de Artesanos Coarte le hizo entrega del título de Artesano del Año, Céspedes construía sus dulzainas con madera de boj que recogía del monte y realizaba todo el proceso de elaboración, incluyendo la colocación de las llaves, con la ayuda de otras personas.
Interesado en conservar las tradiciones, Alejandro Céspedes realizó una importante labor de recuperación de las campanas y los campaneros, promovió la Escolanía de la Catedral y fundó el primer consejo de barrio de Burgos.
A él se le debe también la recopilación de más de 200 canciones inéditas de los pueblos burgaleses -por lo que fue premiado en varias ocasiones en el Concurso de Recuperación de la Música Popular Castellana organizado por la FAE- y haber recuperado tradiciones como la de ‘pingar el mayo’ en Capiscol.
Céspedes era también una «institución» en el Orfeón Burgalés, agrupación coral a la que estuvo vinculado como vicepresidente durante más de tres décadas y de la que se retiró cuando su estado de salud le impidió estar al cien por cien de sus facultades.
Y por supuesto donde su impronta será recordada por varias generaciones es en el barrio de Capiscol. Llegó destinado a la parroquia de El Salvador en 1964, fecha en la que se fundó, y en ella estuvo hasta el año 2000. En su primera época era un barrio pequeño, de apenas 700 habitantes, que fue creciendo de manera desproporcionada. Un barrio «sencillo y marginal», como recuerda su actual párroco, Daniel Alarcia, al que Céspedes se entregó impulsando numerosas actividades que buscaban la participación ciudadana. Por esta labor social, en 1989 el Ayuntamiento de Burgos le concedió el título de Buen Vecino.
El funeral del sacerdote se celebrarán hoy, a las 12 del mediodía, en la iglesia de El Salvador, del barrio de Capiscol de Burgos. Y a las 6 de la tarde en la iglesia parroquial de Medina de Pomar, localidad donde será enterrado.
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