San Blas y A ti me arrimo son los nombres de las dos nuevas campanas que desde ayer tiene la parroquia de San Nicolás de Pamplona. Ambas fueron bendecidas en un acto que tuvo lugar a mediodía en la plaza de San Nicolás con presencia del párroco, Santiago Cañardo, y sus madrinas, Carmen L.J. y las damas de la Orden de la Virgen del Pilar, en cuyo lema "A ti me arrimo" se ha basado el nombre de una de las campanas. También asistió el maestre de la Orden, Juan José Martinena.
Tras la bendición las dos campanas fueron izadas con una grúa hasta la torre desde la que el próximo domingo sonarán por vez primera para anunciar la misa de 12. Aunque la prueba sonora realizada ayer mismo ya resultó "espectacular" para quienes la escucharon.
Las nuevas campanas sustituyen a otras dos: Santa María, de 1638, y San Clemente, de 1571, que ahora han quedado depositadas junto a la imagen de la Virgen.
Fue con motivo de la festividad del Corpus, en el momento de la procesión, cuando Santiago Cañardo notó que las campanas no sonaban como siempre: "Parecían un cencerro", recuerda. El párroco no tardó en avisar a los técnicos que le confirmaron lo que ya se temía, que una de las campanas estaba rajada (Santa María), y a la otra le faltaba poco.
"Comenzamos a barajar las posibles opciones que pasaban por fundir las campanas viejas para hacer otras nuevas, aunque nos dijeron que con el bandeo eléctrico no aguantarían mucho tiempo. También se podían hacer unas campanas de balanceo, que es algo que se lleva mucho en Cataluña y en países europeos, pero el problema es que la torre de ladrillo no podría aguantar la presión. Así que nos decidimos por unas nuevas de volteo", señala Cañardo.
No hubo que esperar mucho para buscar financiación. Las damas de la Orden del Pilar, que ya han colaborado en otras ocasiones con la parroquia, se comprometieron a sufragar el gasto (unos 5.000 euros), y una feligresa hizo lo propio con la otra campana a título particular. Ambas se encargaron al taller de los hermanos Portilla, en Cantabria, mientras que de su musicalización (do y re sostenido respectivamente) se ha hecho cargo el prior de Leyre, Antonio Pedroarena.
Ambas campanas, de 250 kilos de peso cada una, llevan una inscripción similar con su nombre, la persona que las bendijo, quiénes son las madrinas y quienes los autores de la fundición.
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