PAZO, Laura - En busca de la Historia perdida

En busca de la Historia perdida

La mayoría de los objetos artísticos sustraídos en Galicia tienen más valor sentimental que económico

La Policía Judicial apunta que la mayor parte de los robos son por encargo

En busca de la Historia perdida - Autor: BERNABÉ / JAVIER LALÍN
En busca de la Historia perdida - Autor: BERNABÉ / JAVIER LALÍN

La desaparición del 'Códice Calixtino' ha hecho que los gallegos se preocupen un poco más por la custodia de su patrimonio artístico y cultural. 'Cruceiros', campanas y figuras eclesiásticas son los objetos que más desaparecen en Galicia y la mayoría de ellos son sustraídos por encargo. El valor económico de estos artículos no suele ser muy elevado, aunque para los habitantes de la zona donde fueron robados sí tienen gran importancia sentimental e histórica. La mayor dificultad que presentan estos hurtos es que "nunca caducan".

Después de la extraña desaparición del Códice Calixtino, el debate sobre si las medidas adoptadas para proteger los bienes y objetos artísticos que conforman el legado patrimonial gallego son suficientes vuelve a estar de plena actualidad. La Guardia Civil, a través de la Unidad Técnica de Policía Judicial y la Unidad Central Operativa, es la encargada de llevar a cabo este tipo de investigaciones aunque los bienes sustraídos no suelen tener mucho valor ni su robo despierta tanta atención mediática. En Galicia están desaparecidas actualmente 14 piezas artísticas entre las que hay fustes de granito, cruceiros, retablos, figuras de santos...

Las denuncias más habituales se refieren a la desaparición de algún cruceiro, campanas y hasta piedras. "Tenemos denuncias de propietarios de fincas con construcciones de piedras viejas que dicen que se las están llevando. Quizás alguien relacionado con la construcción o la venta de piedra, ya que la piedra de antes era de mejor calidad que la de ahora", explican responsables de la Policía Judicial.

Desde la Guardia Civil también apuntan que hay veces en las que un vecino denuncia la falta del cruceiro del pueblo y la mayoría de ellos terminan apareciendo colocados en la entrada de alguna casa. Y es que los objetos robados, sobre todo en las iglesias, son artículos que tienen un "gran valor sentimental" para los feligreses aunque el económico quizás no sea tan relevante. En este sentido los responsables de la Benemérita se refieren al célebre robo perpetrado en Santiago el pasado julio. "Por ejemplo, el robo del Códice sí que tiene un valor real; un valor histórico", argumenta la Policía Judicial.

En cuanto a los robos de objetos artísticos, las estadísticas muestran que no tienen una gran incidencia en Galicia. "Lo que más se produce es algún robo en algún campanario, que son campanas que tienen valor artístico pero que al final se sustraen para la venta de chatarra o de cobre", apuntan las fuentes policiales.

El proceso de investigación de esta clase de robos está estructurado en varias fases. La primera etapa consiste en la recogida de denuncias a través de los puestos, que son las unidades más cercanas a la población. Posteriormente, esas denuncias se trasladan o bien a la Policía Judicial o bien a la sección específica de patrimonio histórico, dependiendo del valor artístico que tengan. Cuando la Benemérita recibe alguna denuncia por la sustracción de un objeto artístico, se hace una difusión a nivel nacional de las fotos para que puedan ser identificados en todo el país.

La Policía Judicial se dedica a las investigaciones que conforman los delitos por robo de obras artísticas y monumentales y está en permanente coordinación con una unidad especial de Madrid encargada de ver cómo evolucionan las investigaciones de los delitos de robo contra el patrimonio histórico.

La investigación que se hace de este tipo de delitos es similar a la que se lleva a cabo en cualquier otro tipo de hurto pero se diferencia en los protocolos distintos a la hora de transmitir novedades porque la difusión es mucho mayor cuando se trata de obras artísticas, pertenecientes al patrimonio histórico.

Una de las mayores dificultades con la que se encuentran los investigadores para llevar sus pesquisas a buen puerto es el envío de los objetos robados al extranjero. "Lo normal cuando se roban estas piezas es que sean sustraídas por encargo para coleccionistas y es muy difícil localizar a estos fuera del país", apuntan fuentes policiales.

Otra de las características que tienen estos robos es que tardan más tiempo en prescribir; de hecho, nunca caducan. "Por ejemplo, un robo común en una vivienda prescribe a los cuatro o cinco años, mientras que estos delitos no lo hacen", aclaran.

En los últimos dos años se han recuperado tres campanas en la provincia de A Coruña que habían sido robadas por unos ladrones de origen rumano para la venta de cobre. Pero incluso hay bienes que se localizan y nadie reclama. En este caso, permanecen guardados y se realiza una difusión a nivel nacional por si existe denuncia o por si alguien reclama el objeto. "Se hace un control con las bases de datos que tenemos nosotros y permanecen ahí hasta intentar localizar de dónde pueden proceder", explican desde el cuerpo de seguridad.

Generalmente, los objetos que se encuentran en la comunidad ni siquiera fueron robados aquí. "Ahora mismo, con la organización tanto a nivel social como de la delincuencia que hay, muy pocas cosas se quedan en Galicia", apuntan.

Los objetos que son catalogados por la Xunta les crean "alguna dificultad" añadida porque hay que ver si está clasificado como un bien artístico, de valor o de interés histórico y hay veces que unos lo están y otros no. Además, dependiendo de su antigüedad se clasifican de una forma o de otra. "Te viene algún vecino diciendo que apareció un cruceiro en su finca pero cuesta determinar de dónde procede", señalan desde la Policía Judicial.

PAZO, Laura
La Opinión (21-08-2011)
  • Destrucciones de campanarios y campanas: Bibliografía

     

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