En la torre. De la parroquia beasaindarra, Mikel junto a una de las campanas
Mikel Dorronsoro ha realizado un completo censo de las existentes en el municipio y sus barrios
El tañer de las campanas, ya sean estas grandes o pequeñas, de vuelta, o dantzakoa, o de txin txin se erige en un sonido que en muchas ocasiones llega envuelto en un halo de misterio.
Campanadas alegres o campanadas tristes y es que para Mikel Dorronsoro, estudioso de éstas y de sus torres campanario «han sido un medio de comunicar algo a la población bien un fallecimiento, o una festividad, en algunos municipios mediante las campanas se anunciaban los nacimientos, el incendio surgido en una vivienda o incluso cuando llegaba un extranjero», explica.
Este beasaindarra ha realizado un trabajo censal sobre las campanas existentes en los edificios religiosos de la villa y de sus barrios, que penden de las torres, espadañas, de los edificios parroquiales o de la más humilde y sencilla de las ermitas, que a la postre suman 12 iglesias, seis campanarios, tres espadañas,... y un total de 26 campanas.
Pero, ¿cómo se sumergió Mikel en este mundillo? Fue en parte fruto de la casualidad «el padre Juan Miguel llevaba el mantenimiento de las campanas de la parroquia de San Martín y cuando cambió de destino, recogí ese testigo y a partir de ese momento fue creciendo mi interés por ese mundillo», señala Mikel.
Son 26 las campanas que en un tiempo han volteado y algunas de ellas siguen haciéndolo en la actualidad pero eso sí, en gran parte de ellas sin el esfuerzo físico que suponía tirar de la soga y es que había que saber hacerlo para conseguir obtener el mejor de los sonidos.
De las 26, la de mayor tamaño es la que cuelga en el campanario de la parroquia beasaindarra, la ubicada en la cara sur, y conocida como 'kanpai haundie' aunque también puede ser denominada como 'dantzakoa'.
En cierta ocasión, hace muchas décadas, se le dio la vuelta y provocó el agrietamiento de la torre-campanario, la cual, desde ese extraño que hizo, se encuentra cinchada.
La más pequeña de todas , recuerda Mikel, «es la del 'txintxin'», que está sobre la torre de la parroquia y anuncia a diario el inicio de la misa.
La mayoría de las campanas llevan inscrito el nombre del santo a quien se dedica, la fecha de fundido o refundido, además llevan distintas imágenes religiosas, orlas y también el nombre del donante o del párroco que regía en esos momentos los destinos de la parroquia «de ahí que sepamos que la de mayor antigüedad es la que pende de la espadaña barroca de la ermita de Loinaz, data de 1631.
Hoy en día el volteo de gran parte de las campanas está automatizado, al respecto Mikel señala a las campanas de la torre de la capilla de la CAF «las pioneras en Beasain y seguramente en la mayoría de la provincia en lo que a su tañer automatizado respecta».
En la parroquia de Beasain se dio ese paso tras la restauración del edificio en 1990 y en la de San Martín algo más tarde.
Pero, en las parroquias de los barrios beasaindarras todavía se siguen tocando las campanas en la forma tradicional, es decir tirando de la soga que desde la misma campana puede llegar hasta la misma parroquia, evitando así tener que subir al campanario, o en otros casos desde el mismo altozano que alberga las campanas.
El trabajo sobre las campanas realizado por Mikel Dorronsoro es muy detallado, campana a campana, destaca el nombre, ubicación, dimensiones de la misma...
Este interés por el mundo campanil va mucho más allá, dado que a Mikel le llevó a aprender algunos de los mútiples toques que rodean a este mundillo.
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