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© Levante - El Mercantil Valenciano (2011) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 25-04-2024 |
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Tras más de doscientos años de separación: por una parte la cabeza, dentro de su busto de plata, en uno de los estantes del bello armario de las reliquias; y por otra el resto del cuerpo, en una caja de plomo dentro de un artístico arcón de madera forrado de terciopelo rojo, en la capilla de su nombre, han vuelto a reencontrarse en su lugar tradicional de veneración los restos de San Mauro, el joven mártir romano de 16 años de edad –decapitado en la persecución anticristiana del emperador Numeriano (283 d.C.)– desde 1604 patrón del Colegio Seminario de Corpus Christi (conocido por «el Patriarca»). Un regalo personal del papa Clemente VIII a San Juan de Ribera que le envió desde Roma, con la custodia vigilante del cardenal Niño de Guevara. Pero que también lo es de Valencia como «abogado del agua de la lluvia» desde 1631, en que así fue proclamado por el Consell de la Ciutat. Hoy se celebra su fiesta.
El motivo de la secular separación se debe a prudencia. Porque en un principio estaban ubicados, juntos, en la capilla de su nombre en la Iglesia del Colegio. No obstante, la frecuente solicitud del Consell de la Ciutat al «Colegi del senyor Patriarca» para que oficiara rogativas a San Mauro, por cuya mediación se había recibido «el aygua de la pluja en lo temp de necessitat» siempre que le había sido pedida, obligó a los Rectores de la Institución a fijar unas normas que las regularan. Normas que fueron insertas en libro ceremonial de la Capilla, capítulo 67, estableciendo que el tiempo de rogativas fuera de ocho días. Con misa diaria y procesión por el crucero de la iglesia, portando los capellanes de la casa el busto y arcón sobre andas. El Consell asistía el primero y último día, constando que siempre había acaecido la lluvia en la última rogativa; excepto un año que se resistió y fueron prolongadas hasta que sobrevino pocos días después.
Pero lo molesto y arriesgado que resultaba sacar busto y arcón de la vitrina del retablo de su capilla donde se encontraban fue lo que decidió sin duda dejar este último en la vitrina; mientras que el busto quedaba más a mano en uno de los estantes del armario de las reliquias ya que, hubieran o no rogativas, cada año debía quedar expuesto en el Altar Mayor del templo el día de su festividad.
Sin embargo este año, ambos sagrados y valiosos componentes se muestran devueltos a su tradicional ubicación en su hermosa capilla. Merecen ser visitados y contemplados. Con otra notable novedad añadida. Y es la reposición, que tiene lugar hoy, del toque de las horas con la campana de la torre del Colegio, recientemente reparada y bruñida a este fin. Desde las 8 de la mañana hasta las 10 de la noche, para que su tañer no perturbe el descanso nocturno de los vecinos de la zona. Novedades que se deben a la dedicación y empeño entusiasta que por la institución patriarcal muestra el director de su museo, el ilustre profesor Daniel Benito, casi cerrando ya un año de iniciativas cumplidas en este declarado Año de San Juan de Ribera por la Generalitat Valenciana.
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