Expectación. Muchos vecinos asistieron a la colocación de las campanas en su monumental iglesia de San Bartolomé. Autor: D., J. A.
Tras dos meses de restauración, la torre de la iglesia de San Bartolomé las recupera modernizadas
Los repiques tradicionales vuelven a Tarazona de la Mancha
La torre de la monumental iglesia de San Bartolomé ha recuperado sus tres campanas, remozadas y modernizadas. Han vuelto a casa después de ser restauradas en los talleres Manclús. Su colocación fue un espectáculo seguido atentamente por cientos de vecinos.
El párroco, Amando Hergueta, explicó que la reparación era necesaria porque existía un deterioro progresivo; una de las campanas tenía grietas, los anclajes, los mazos y el yugo de la mayor tenían problemas y los cuadros de control ya no funcionaban. Fueron muchos los vecinos y asociaciones que se implicaron, junto a la parroquia, en esta restauración, que el párroco espera, medio en broma, que «dure otros doscientos años».
No es sólo cosa de la iglesia; tanto Hergueta como el alcalde, Juan Vicente Oltra, recuerdan que la torre es un elemento que forma parte, junto con el conjunto de la iglesia, de la Plaza Mayor (monumento nacional) que es la principal seña de identidad del pueblo.
El trabajo ha sido rápido, y en un par de meses Tarazona ha recuperado sus campanas, limpias, sin grietas, pulidas, con su color original, con nuevos yugos y ejes y con un cuadro de mandos que -explica el campanero Francisco Gómez- moderno, que permite un control completo y una programación muy flexible de los toques de campaña.
Las campanas de la torre de la iglesia San Bartolomé son tres; la mayor es la más antigua, con fecha propia: 1761. Pesa tonelada y media (más de dos con el yugo).
Las otras dos son menores. La mediana, de 670 kilos, es de 1940. La pequeña -de 215 kilos- también es antigua, y procede de la ermita de San Antón: fue refundida en 1984.
Fueron muchos los vecinos que siguieron la minuciosa colocación de las campanas en la soleada mañana de ayer. Tarazona de la Mancha vivió una jornada especial, en el paréntesis de sus fiestas de Carnaval: mañana sábado vuelve la fiesta con el 'día de las mascarutas', previo al domingo de piñata.
La campana grande de San Bartolomé, de 1761, tiene una inscripción latina que comienza diciendo: «He aquí la cruz del señor. Huid, partes adversas...» Las campanas, además de alejar al mal, cumplían, y todavía cumplen, una función importante al avisar a la población no solo de los actos religiosos, sino de otros como el toque de difuntos para comunicar una muerte, o el toque a rebato para dar la alarma. Los equipos más modernos, como el instalado ahora, pueden programarse con todo tipo de repiques. El viejo reloj de la torre ya no necesita una maquinaria mecánica para ponerse en hora: ahora sincroniza su señal por satélite.
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