Las dos campanas de la Ermita de la Virgen de la Vallivana de Picassent ya lucen en lo alto del templo completamente restauradas. Antes de proceder a colocarlas en su ubicación original, ambas quedaron a lo largo de todo un día expuestas en el interior del recinto para que el vecindario pudiera comprobar el resultados de los trabajos realizados. Después fueron subidas de nuevo a lo alto de la ermita, para que sigan cumpliendo su función.
Esta rehabilitación ha permitido recuperar el sonido del bronce original y ha sustituido los yugos metálicos por otros de madera, así como los herrajes y la motorización. Ambas son obra del fundidor Juan Bautista Roses Soler, natural de Atzeneta d'Albaida. La más pequeña de ellas, y con el nombre de Santa Bárbara, data de 1940. Tiene un diámetro de 43 centímetros y un peso de 46 kilogramos. La otra, más grande, con el nombre de María de Vallivana, también es del año 1940 y presenta un diámetro de 59 centímetros y un peso de 119 kilogramos.
Las campanas forman una parte importante del patrimonio histórico y artístico de Picassent y su proceso de restauración ha corrido a cargo de la empresa 2001 Técnica y Artesanía del municipio de Massanassa.
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