Estudio sobre las campanas de la catedral de Cienfuegos: primer acercamiento en el país a la campanología - Autor: MUÑOZ FLEITES, Marleidy
Por vez primera en el país se realiza una investigación dedicada a las campanas ubicadas en inmuebles religiosos. El estudio, iniciado en la Catedral de Cienfuegos, por un especialista de la Oficina del Conservador de esta ciudad, arrojó destacada información sobre la historia local y propone una metodología para consolidar el estudio de la campanología en Cuba.
Desde finales del siglo diecinueve, las armonías emitidas del templo parroquial de la otrora Fernandina de Jagua, permiten actualizar los relojes cada un cuarto de hora. Nueve campanas posee la Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción. Algunas fueron encargadas para el santuario desde París y Santander, en España. Tres son identificadas con nombres de mujer, y una es del año 1674. Pero, ¿cómo llegó a una villa fundada dos siglos después, esta huella de la campanología mundial, y que además aún está activa?
Estos son algunos de los datos e interrogantes que ha recopilado el especialista de la Oficina del Conservador de la provincia, David Martínez, quien atraído por el rescate del patrimonio, inició una investigación, sin antecedentes en el país.
“Desconocíamos el número de piezas, la procedencia, los materiales con que fueron realizadas. Según identificamos la primera ubicada en la Iglesia data de 1852 cuando se termina de construir el primer campanario, que es la torre pequeña del inmueble. Entre 1863 y 1869, que es cuando se realiza la ampliación del edificio, la Señora Mariana Alvis de Sarria manda a fundir cuatro campanas a Santander, específicamente para ese evento, y las dona al templo en 1872. Una de las piezas se refunde en 1919 por la celebración del centenario de la fundación de la ciudad”, detalló el joven investigador.
En el campanario de la catedral cienfueguera, es posible descubrir detalles impresionantes de la ciudad, presenciar nacimientos de aves, impresiones dejadas siglos atrás, o simplemente conmoverse por la preservación intacta de este reloj, exacto en cada campanada.
“En 1873 llega a la parroquia, tres campanas acopladas a un reloj, trasladas desde París, a partir de un pedido de la familia de comerciantes de apellido Avilés. De estas tres piezas, la mayor de mayores dimensiones, emite los sonidos agudos y ofrece la hora exacta, además es llamada Margarita, la madre de los hermanos Avilés. Las otras dos, dan las armonías cada cuarto de hora, y son: María del Carmen y Andrea, hijas de los benefactores. Estos datos son visibles al relieve de las campanas.
La noveno ejemplar resulta el más extraordinario, ya que es del siglo XVII, y fue mandada a fundir por Gabriel Díaz Bara Calderón, Obispo de la Isla de Cuba de 1671 a 1676, y que fue presumiblemente traída de Flandes, según la opinión del señor Francese Bayo LLop, presidente de la Asociación de campaneros de la Catedral de Balencia, y un reconocido experto que me ha apoyado en esta pesquisa”, detalló el investigador de la oficina del Conservador de Cienfuegos.
El estudio de David Martínez puede devenir metodología para el acercamiento a las campanas que se encuentren en edificios religiosos u otros inmuebles. En tanto, su indagación permite a los cienfuegueros valorar el sonido que cada una hora distingue a nuestra ciudad.
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