Francisco volvió a volcar su sabiduría con las campanas al inicio de su propio homenaje. - Autor: Patricia
El suelo del campanario de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Yudego temblaba ayer por la mañana. También los ojos de Francisco Corredera Gutiérrez, que en diciembre cumplirá 88 años, que durante toda la vida se ha ocupado de agitar las campanas para avisar a sus vecinos de las novedades del pueblo. En el primer caso era por la vibración de un instrumento de semejantes dimensiones. En el segundo, de la emoción de recibir un homenaje que todos los presentes consideraban más que justo.
Después de demostrar con el manejo de las campanas que aún le queda cuerda para rato, Francisco se echó a un lado y escuchó respetuosamente los toques elegidos en su honor, que procedieron a interpretar los miembros de la Cofradía de Campaneros y Campanilleros de Cataluña, cuya sede está en Os de Balaguer (Lérida), una localidad verdaderamente volcada en esta tradición y que cuenta con un Museo de las Campanas. Su alcaldesa, Estefanía Rufach, presente también en Yudego dijo que se trabaja a conciencia para que esta tradición no se pierda.
El toque de liberación tras el asedio francés de 1811, a cargo de campaneros de Tarragona; otro de fiesta interpretado por expertos procedentes de Esparraguera y Carme, dos localidades barcelonesas; un tercero de concejo, a cargo de los llegados de Algerri (Lérida) y el que se inventó el pasado mes de marzo en honor de quienes sufren ataxia de Friedrich, patología catalogada como una enfermedad rara por su baja prevalencia, fueron algunas de las interpretaciones que pudieron escucharse bien en el propio campanario al que se accede tras subir una intrincada escalera de caracol de más de 60 peldaños, bien desde la puerta de la iglesia, ante la que se reunieron varios vecinos.
Este hermanamiento musical Castilla y León-Cataluña se ha producido gracias a la hija de Francisco, Felisa Corredera, también ducha en el manejo del instrumento, que es miembro de la Cofradía de Campaneros y Campanilleros de Cataluña, comunidad a la que se trasladó a vivir hace años. «Mi padre lleva esto en la sangre, porque no solo ha tocado las campanas en Yudego sino que ha ganado concursos y certámenes en otras localidades», explica, emocionada, Felisa, entre los atronadores sones que emitían los instrumentos. Después de los toques se celebró una misa, en la que la hija de Francisco agradeció el apoyo recibido en el homenaje y una comida popular.
La delegación ilerdense aprovechó su presencia en Burgos para hacer turismo. El viernes conoció la Catedral y antes de marcharse harán lo propio con el Museo de la Evolución. Estafanía Rufach, alcaldesa de Os de Balaguer, explicó que se están sintiendo estupendamente acogidos.
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