GAITERO, Ana - La iglesia interminable

La iglesia interminable

El templo en construcción de Bercianos del Real Camino es el único de nueva planta que se levanta en el medio rural. Lleva once años en obras y faltan aún los últimos remates.

El rebaño de Ignacio Quintana, pastor de Bercianos del Real Camino desde hace 43 años, es testigo de la lenta evolución de la construcción de la nueva iglesia - Autor: SALVADORES
El rebaño de Ignacio Quintana, pastor de Bercianos del Real Camino desde hace 43 años, es testigo de la lenta evolución de la construcción de la nueva iglesia - Autor: SALVADORES

La construcción de la nueva iglesia de Bercianos del Real Camino es «una pelea entre ángeles y demonios». El nuevo templo se comenzó a erigir en la era del pueblo, punto señero del Camino de Santiago, hace once años y aún está por rematar.

Casi medio millón de euros se han invertido en esta iglesia, la única de nueva planta que se levanta en un pueblo, desde que en junio del 2000 una grúa gigantesca colocó sus pilares, una gigantesca estructura de hierro que sirve de esqueleto arquitectónico al edificio.

La obra fue promovida por el Ayuntamiento de Bercianos del Real Camino y más en concreto por quien fue su alcalde, Nicolás Rivero. Fue presupuestada inicialmente en 65 millones de pesetas (390.000 euros). El edil, ya fallecido, quería restituir con esta obra la iglesia de San Salvador, del siglo XV, que se derrumbó estrepitosamente, con su imponente torre de 30 metros, la mañana del 8 de junio de 1998.

Fue una ruina anunciada. La iglesia de San Salvador había sido clausurada al culto en el mes de febrero de aquel mismo año tras comprobar que la grieta que rasgaba la torre se hacía cada vez más grande. «Cayó como si se la tragara la tierra», comentaron los vecinos impactados por el estruendo y la nuble de polvo que envolvió el pueblo aquella fatídica mañana.

De aquel templo, en el que mandó enterrarse la señora de Bercianos, fundadora del pueblo, sólo queda la puerta gótica de la entrada principal. El año pasado se procedió a la demolición y retirada de los restos que quedaron tras el desastre. La iglesia se asentaba sobre un montículo que había sido oradado por bodegas, tal y como se observa en fotos antiguas, en línea con la ermita de San Roque, donde se celebran actualmente los oficios religiosos, y el Camino de Santiago.

El actual alcalde, Fidel Rueda García, del PP, admite que de plantearse en el momento presente no hubiera afrontado la obra, pero al tratarse de un proyecto heredado se siente en la «obligación» de concluirlo.

El municipio carece de fondos para afrontar el remate de la iglesia, cuya desvestida torre de hierro llama la atención a los caminantes. «O recibimos más subvenciones o es imposible terminarla. Aquí baja la población a pasos agigantados y compartimos secretario con otros municipios para ahorrar gastos», alega Rueda.

Las primeras obras se afrontaron con una subvención de 14 millones de pesetas (85.000 euros) del programa Proder Adescas de la zona de Sahagún y otros 10 millones de pesetas (60.000 euros) de la Diputación provincial.

Con posterioridad se han ido sumando ayudas de la Junta de Castilla y León y últimamente del convenio entre Diputación y Obispado y de la delegación del Camino de Santiago, donde han recibido quejas por la «mala imagen» que da a los peregrinos este templo inacabado.

El nuevo edificio ocupa una superficie de 325 metros cuadrados y la torre mide 35 metros. Cuenta con dos naves interiores, al igual que el templo original, y un artesonado de madera de pino para todo el conjunto.

Durante el verano se han rematado algunos detalles del interior, entre ellas la pintura de paredes y zócalos, con trabajadores en paro contratados por el Ecyl para obras en colaboración con las entidades locales.

La construcción de la iglesia estuvo totalmente paralizada durante el período 2005 a 2008, al producirse el fallecimiento de Nicolás Rivero, que fue sustituido por otro de los concejales del PP en la corporación municipal. Se reiniciaron las obras poco después de acceder a la alcaldía de Bercianos del Real Camino Fidel Rueda, tras las elecciones municipales del 2007.

La torre no estaba contemplada en el proyecto inicial como una estructura de hierro. Se realizó en una etapa en la que el arquitecto director, Francisco Alonso, renunció a esta obra y se ejecutó sin supervisión técnica cualificada.

La colaboración voluntaria de un vecino jubilado al que se le pagaron únicamente los materiales puso otra nota singular a la llamativa torre. El hombre coronó la torre con una veleta que componen un gallo, una media luna y la bandera de España.

El hierro no era un material primordial para esta obra en la que se ha utilizado madera y pizarra para la tecumbre «por su permeabilidad a la radiación cósmica», explica el arquitecto. El suelo se realizó con argamasa de cal y viruta de corcho «por ser materiales calóricos y permeables a la radiación telúrica», agrega.

Estas propiedades se deben a que, tal y como explica Francisco Alonso, «la cal es una roca sedimento de los fondos marinos, con los restos milenarios de peces, por lo que contiene la memoria vital de eras geológicas precedentes».

Según el arquitecto, el encargo originario proponía el mayor parecido posible con la iglesia primigenia, de 1430, a todos los niveles. «El proyecto originario lo contiene», afirma, pero «el desarrollo constructivo lo fue transformando a lo que hoy aparece edificado». La imagen que proyecta la iglesia aún en construcción es producto pues de «muchas visicitudes y fracturas, como los tiempos que vivimos», precisa.

Alonso asumió por segunda vez la dirección técnica al retomarse la obra en el año 2008. Para entonces, la torre era ya una obra irreversible. La idea es forrarla de ladrillo, material que se ha utilizado para las naves del templo. «La torre se va a cubrir, porque, si no, caería el agua, pero ahora no tenemos dinero para esta parte de la obra», agrega el alcalde.

El proyecto también contempla revocar el ladrillo con «mortero de cal coloreada en tonos que armonizando con el lugar, emitan luminosidad al entorno, a su ecosistema y, por su excepcional ubicación, al camino y a los peregrinos».

La construcción de esta iglesia, aún inconclusa, ha supuesto para el arquitecto realizar un recorrido por la sabiduría holística en la que se asienta la edificación de edificios sagrados. «Ha sido una oportunidad realizar este trabajo precisamente en un lugar tan emblemático como el Camino de Santiago», subraya.

La ubicación de la iglesia en la era del pueblo la aleja del enclave del templo antiguo, pero según el arquitecto la era es un lugar apropiado para el templo. «La era está asociada a las labores agrícolas de recolección del trigo («el pan») por lo que en lo local es un espacio historificado por el amor al alimento primordial».

El arquitecto señala también la ventaja del enclave en un espacio abierto al camino Real y la Ruta Jacobea. «Servirá como punto crucero-remanso-torbellino, cuya parada repondrá las energías y el impulso de los peregrinos para continuar su camino», concluye.

La iglesia es propiedad del Ayuntamiento de Bercianos del Camino, que espera consagrarla con las bendiciones del Obispado de León cuando se finalicen las obras. Pero nadie sabe dar un plazo para verla terminada.

GAITERO, Ana

Diario de León (29-09-2011)

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