CARRASCO ROJAS, Edgardo - El Indio Pilán de Castillo Gutiérrez

El Indio Pilán de Castillo Gutiérrez

En 1992 entrevisté al investigador sullanense, residente entonces en Piura La Vieja (distrito de La Matanza), César Augusto Castillo Gutiérrez; quien antes de los años 90, había hecho importantes apuntes y aportes sobre el cerro Pilán. Desde luego, es una leyenda, pero que tiene más de un dato que considero oportuno destacar. Sí bien es difícil determinar cuál es el origen del nombre del cerro Pilán; sobre este punto, el doctor en Lingüística, Carlo Arrizabalaga, ha dejado en claro que por la extinción de los topónimos de la zona resulta difícil decir a ciencia cierta de donde proviene la voz Pilán. El reverendo padre Pablo Alvarado Arrate, en más de una oportunidad ha dicho que los nombres de los ríos y cerros de Morropón, son de origen mochica o quechua, pero Arrizabalaga aclara que por el momento la investigación científica no descifra de donde salió el vocablo Pilán.

Castillo Gutiérrez, sostiene que el indio Pilán, cuyo nombre sirve como referencia para denominar al cerro que se llama Pilán, que está en las estribaciones de los caseríos de Solumbre y Franco. Con respecto al origen de la nominación Pilán, se puede decir - según el investigador - que el grupo indígena (Pirhúa) se asentó en la márgen derecha del río Piura y al este de la quebrada de Las Damas, tuvo la característica de ser un grupo homogéneo. En sus alrededores se asentaron grupos indígenas que huían y otros grupos llegaban en plan de castigo, porque se tenía conocimiento que el cacicazco de Pirhúa, era una zona enfermiza.

Entre esos grupos humanos que llegaron a Pirhúa - refiere Castillo - estaba Pilán, proveniente de la Cultura Mochica, al sur de Piura (Lambayeque) Pilán llegó a Pirhúa, en un grupo de castigo (mitimaes) Pilán era rebelde y sus antecedentes daban cuenta de un indio que incitó a rebeliones contra los gobernantes del reino Mochica. Una vez establecido Pilán en el cacicazco de Pirhúa, su conducta no vario es más encontró en el cacique de Pirhúa un hombre de caracter débil para tratar con sus súbditos, en cambio Pilán era un hombre osado, controvertido, borracho y desobediente. Los mandatos y ordenes de la autoridad de Pirhúa, en innumerables oportunidades eran desacatadas por el indiio Pilán.

Castillo, es su relato, da cuenta que el indio Pilán tuvo un primer contacto somero con Pirhúa, cuando éste se encontraba reparando las carreteras desde dominios del cacicazco de Pirhúa hasta los dominios de cacique de La Chira, en Sullana. Pirhúa a divisar a Pilán - en ese choque de miradas - sintió temor sobremanera; Pirhúa entendió que en ese hombre existía peligro latente y con el correr de los tiempos en la noches Pilán deambulaba por los cerros, sobre todo en las noches de luna: Pilán sostenía coloquios con los cerros, les contaba sus rebeldías y pretensiones, pero más deambulaba por un cerro que hoy su nombre.

El epílogo de la existencia de Pilán, se enmarca en la historia de la quebrada de Las Damas, que sirvió como punto de referencia para ubicar al cacicazco de Pirhúa. César Augusto Castilo Gutiérrez, explica que la característica fundamental de la quebrada de Las Damas, era que sus aguas eran destinadas al uso exclusivo de las mujeres del incario, en especial las mujeres vírgenes, precisamente los registros históricos dan cuenta que la coya - la mujer del inca - acudía a la quebrada de Las Damas en la segunda noche equinoccial, cuando iba a llegar la primavera y las flores se prestaban a lucir su nuevo traje de gala. La coya precisamente acudía a las aguas de la quebrada para purificarse.

El profesor Castillo, sostiene que la ceremonia en las aguas de la quebrada de Las Damas, comenzaba a las siete de la noche. la coya se hacía acompañar de un séquito de mujeres vírgenes de los dominios del cacicazco de Pirhúa. Séquito de vírgenes y la coya, en la ceremonia dirigían sus cantos, palabras misteriosa y plegarias a Venus, el planeta que aparecía en el poniente a la hora del crepúsculo. Con la llegada de las primeras horas de la madrugada el séquito y la coya abandonaba las aguas de la quebrada. La visita de la coya al cacicazco de Pirhúa, causaba mucho interés en el poblado indígena, que no dormían para atisbar desde sus hogares el paso gallardo de la coya y su séquito. Las aguas de la quebrada de Las Damas eran consideradas sagradas y cierto día Pilán, en estado de borrachera entró en las aguas de la quebrada; los mitimaes de castigo que ocupaban los alrededores de la ciudadela de Pirhúa, atisbaron con asombro la osadía del indio rebelde. Luego de permanecer un buen rato en las aguas sale a la orilla y ahí se queda dormido, la vestimenta de Pilán totalmente mojada estilaba gotas de agua purificadora.

El atrevimiento de Pilán es comunicado de inmediato a Pirhúa. El cacique quizo desobecer adrede la osadía de Pilán, pero los ancianos que eran una autoridad moral y defensores de las tradiciones en el incario, aconsejaron a Pirhúa dar muerte a Pilán, porque había ofendido el espiritu de la mamapacha. Pirhúa después de varias divagaciones resuelve dar muerte. El indio rebelde después de la tercera noche de su atrevimiento es conducido al cerro ( que hoy lleva su nombre), ahí había una ermita y por última vez Pilán observa el cerro Vicús al cual llegó poquísimas veces pero que lo admiró. Precisamente desde la cúspide del cerro Pilán se observa con clarida el Vicús. Justo a esa hora, los últimos rayos del sol se escondían detrás del cerro Vicús, cuando la ley convertida en macana cae sobre la cabeza del rebelde.

Pilán lanzó un grito aterrador que estremeció los cerros vecinos. Castillo, refiere que Pirhúa desde su aposento, escuchó con claridad el estremecimiento de los cerros, más tarde los soldados encargados de la ejecución, contaron a Pirhúa con lujo de detalles el estremecimiento de los cerros. Esa misma noche los ancianos aconsejan a Pirhúa, que en el tiempo menos posible ir al cerro y sepultar el cuerpo del indio rebelde, al mismo tiempo los inmigrantes de la cultura Mochica, que acompañaron a Pilán en el periplo desde Lambayeque (Cultura Mochica) a Piura La Vieja (pirhúa), se habían puesto de acuerdo para al amanecer darle muerte a Pilán. Los expulsados ( de la Cultura Mochica) al amanecer llegan a las estribaciones del cerro (hoy Pílán), pero se dan con la sorpresa que en ese lugar se encontraban los soldados de Pirhúa.

Los soldados estaban conmocionados, en sus rostros la sorpresa era mayor, porque en aquel lugar ya no se encontraban los restos de Pilán. La noticia conmocionó a muchos cacicazcos a la redonda; y nuevamente los ancianos sugieren a Pirhúa buscar el cuerpo de Pílán en la cumbre del cerro; el mismo Pirhúa encabeza el grupo de busquedad, al llegar a la parte más alta del cerro un abertura mostró a los llegantes la posibilidad de ingresar. En el interior de abertura encontraron el cuerpo de Pilán intacto, parecía estar dormido, en las paredes de la pequeña caverna habían inscripciones, gráficos y que sobre todo coinciden mucho con aquello que entonces se conocía como libertad.

Pirhúa ordenó a los soldados levantar el cuerpo de Pilán para sepultarlo y cuando se aprestaban a realizar la acción se escuchó un tañer de campanas entre el cerro Vicús y Pilán (hasta hace poco el intercambio misterioso de campanas se ha dado de cerro a cerro, al menos así lo relatan los ancianos del lugar porque a ellos también se les contó) El fuerte tañer de campanas hace estremecer la cima del cerro y derrumbó gran parte de su estructura (precisamente una parte de la cima del cerro está derrumbada) y mueren varios soldados pero sobrevive Pirhúa y dos de sus acompañantes.

Cuando los españoles (Almagro) llegan a Piura La Vieja, Pirhúa les narró el hecho y éstos escucharon con asombro la narración del jefe indígena. Desde entonces los españoles comenzaron a llamarle al cerro - el cerro de Pilán. En la estribaciones del cerro Pilán existe una pequeña represa que los lugareños le llaman El Boliche (hoy San José de El Chorro) En la época del cacicazco de Pirhúa, en esa represa se almacenaba el agua que bajaba de los cerros y que servía para el consumo humano, Pirhúa ordenó que no se utilice el agua que se depositaba en la represa porque tuvo temor que el espíritu belicoso del indio rebelde se generalice, Pirhúa presentía que desde la cima del cerro, Pilán lo atisbaba.

Castilo Gutiérrez, asegura que tamnbién los españoles dedicaron el uso exclusivo de las aguas de la quebrada de Las Damas para sus mujeres, es entonces ahí donde surge con fuerza la denominación quebrada de "Las Damas". Castillo explica que antes las aguas de la qeubrada de Las Damas eran serenas y caudalosas, que permitían que la coya y su séquito hagan la ceremonia a Venus y después de la llegada de los españoles se tornaron en aguas turbias, resongonas que impedían el equilibrio. Los españoles se retiraron a Paita y quedaron dos vestigios pétreos importantes: por un lado el cerro Pilán permanece lozano surcando los aires y la ciudadela de Pirhúa con el paso de los tiempos ha ido desapareciendo lentamente. Los lugareños más antiguos que recuerdan que sus padres les contaron que en los años 1920 a 1925 existían paredes de piedra en la ciudadela.

Sin embargo, en 1983, como mucho bien señala Castillo Gutiérrez, las pocas estructuras de piedra que habían se vinieron abajo hasta desaparecer; por un lado por el desconocimiento de la gente y por otro lado la acción de la naturaleza (hoy existe un proyecto la puesta en valor de la ciudadela de Piura La Vieja promovido por la Municipalidad Distrital de La Matanza con el apoyo técnico y económico de una universidad española).

Finalmente para Castillo Gutiérrez, es probable que los hechos raros (misteriosos) que sucedes de cuando en vez en el cerro Pilán, tengan su origen en estremecimiento de los cerros y luego el tañer de campanas en la época del cacicazco de Pirhúa. Acota que antes Pilán era un cerro cualquiera y sus misterios se suceden después de la muerte del indio rebelde. Desde entonces el cerro cobró interés y al mismo tiempo temor. Sus creencias hoy día han cobrado muchísima fuerza. El extinto historiador morropano Pedro Miguel Alvarado Merino, era uno de los convencidos que existía una relación estrecha tripartita entre los cerros Pilá, Vicús y Maray ( será objeto de otro estudio porque tenemos en versión magnetofónica las declaraciones de Alvarado)

CARRASCO ROJAS, Edgardo

piuraweb (30-08-2009)

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