MARTÍNEZ ROIG, Eliseo - Valdepeñas y sus campanas. Intervención, no restauración.

Valdepeñas y sus campanas. Intervención, no restauración.

Asistimos ya sin sorpresa a otro caso de “restauración” de campanas en Castilla-La Mancha que no es sino una intervención más y una modificación en las instalaciones del conjunto de campanas.

Cierto es que hasta el momento y desde hace unos lustros estas campanas contaban con una instalación con contrapesos de hierro soldado, que modificaban su sonido volviéndolo más metálico y perjudicaban seriamente a la estructura tanto de las campanas de bronce como de la misma torre, al recibir muchas vibraciones. Cierto es que ahora las campanas cuentan con contrapesos de madera que mejoraran el sonido de estas y absorberán esas vibraciones que emiten las copas de bronce al ser tocadas.

Pero no estamos hablando de una restauración, sino de una simple intervención para mejorar la instalación. No hay recuperación de valores originales del instrumento.

Gracias a las notas de prensa que llegan y la información audiovisual, podemos comprobar que si, que las campanas están dotadas de sendos yugos o contrapesos de madera nueva, a estrenar. Pero estos no son sus contrapesos originales. Explicaremos qué significa “yugos originales”. Los yugos originales pueden ser aquellos que las campanas tenían antes de ser sustituidos por otros de hierro o pueden ser unos nuevos reconstruidos con el mismo perfil, tamaño y características que los originales. El concepto de restauración supondría recuperar esos valores (que en este caso no han sido recuperados) para así mantener las características propias de este conjunto de campanas. Perdemos en este punto pues esas características. ¿Por qué diríamos que podemos tener pérdida o destrucción patrimonial aquí? La instalación de las campanas determina cómo y de qué forma estas se utilizan, se hacen sonar. La instalación de las campanas nos dice qué posibilidades de tocarlas tenemos. Si esa instalación tradicional no la respetamos estamos modificando cómo utilizarlas, modificando como será esa música que brotará de ellas, que no será por tanto igual que la original. Pérdida entonces de la música y los toques tradicionales de las campanas. ¿O destrucción? Esta música perdida o destruida es considerada la parte inmaterial del patrimonio campanero, tan importante como la parte material, o incluso más, ya que en ocasiones las campanas se van refundiendo, se van sustituyendo, pero los toques locales ¡no se modificaban! Es por tanto la pérdida inmaterial superior a la material en muchas ocasiones.

Las campanas serán mecanizadas. También podrán tocarse manualmente, si. Los nuevos equipos eléctricos permitirán su desconexión para posibles toques manuales. ¿Reproducirán los toques locales? El lenguaje de las campanas es un lenguaje local, propio de cada ciudad, pueblo y/o incluso de cada torre. Seguimos pues argumentando nuestra visión sobre la parte intangible de la música de las campanas. ¿Cómo podemos decir “restaurar” un juego de campanas si no hemos investigado, documentado, interpretado y adaptado los toques originales y tradicionales de cada torre si la función en sí de las campanas es sonar y transmitir mensajes, de acompañar con sus tañidos? El fin de las campanas no es ser vistas, sino escuchadas. Son grandes instrumentos musicales comunitarios que transmiten mensajes a la población, que acompañan en los duelos y alegran las celebraciones festivas. Su música construye tiempo y espacio y otorga identidad cultural. El fin de una restauración de campanas significa recuperar ese espacio sonoro, esa atmósfera de música común local y tradicional. Restaurar significa divulgar y poner en valor las características locales, educar el oído de los vecinos de nuevo para reconocer su música particular.

Las campanas han sido limpiadas. Como decíamos no es función de la campana que se vean embellecidas. El objetivo de la limpieza de las campanas es acústico. La suciedad acumulada a lo largo de los años modifica sensiblemente, pero modifica, el sonido de las campanas, sobretodo su duración y potencia. Bien por este aspecto.

Pero, ¿por qué suceden estos casos de “restauración” de campanas? ¿Por desconocimiento? ¿Por falta de expertos? ¿No existen empresas especializadas? ¿Por falta de financiación?

La respuesta es amplia.

Existimos expertos que conocemos este campo patrimonial. Estudiamos, documentamos, interpretamos y adaptamos la tradición al momento. Y la divulgamos a través de propuestas y metodologías especiales que hacen que la sociedad vuelva a conocer su patrimonio, lo valore, lo disfrute, participe de él y consecuentemente, lo conserve. Conocemos los procesos más efectivos de restauración y su distinta aplicación dependiendo de cada caso.

Existen empresas especializadas que cada vez trabajan mejor. Prueban las campanas antes de ser instaladas, aplican algunas de las medidas que proponemos e intentan programar los toques tradicionales que estudiamos. Pero ninguna de ellas posee un técnico especialista en este campo. Imagínense una empresa que restaura pinturas murales sin un especialista en pintura al fresco o en historia del arte. Impensable, ¿cierto? ¿Por qué las campanas no merecen el trato de un experto que asesore sobre sus instalaciones y los procesos de restauraciones reales? En ocasiones las empresas actuales se enfrentan a intervenir en piezas realmente antiguas, de los siglos XIV-XV-XVI. Campanas que en algunas comunidades autónomas están protegidas por ley y cualquier actuación en ellas ha de ser informada a las instituciones competentes y aprobada la restauración por ellas. Piensen en la restauración de un edificio del siglo XV por una empresa sin expertos en piedra, arquitectura medieval y sin historiadores. Inviable.

Incluso pocas de estas empresas “restauradoras” de campanas tienen en plantilla expertos en diseño industrial o ingenieros que garanticen la seguridad de las instalaciones. Ni mucho menos expertos en carpintería que sean capaces de restaurar de verdad partes o contrapesos antiguos originales de las campanas para volverlos a instalar. Qué diremos pues de expertos que sepan como han de instalarse las campanas, qué toques se han de programar y cómo difundir el significado del lenguaje de las campanas. Es decir el concepto de restauración … no está realmente asimilado. Tanto es así que en la mayor parte de los casos no existe ni un proyecto ni una memoria final, con documentación fotográfica del proceso, tan sólo existe un presupuesto empresarial.

¿Qué papel juegan las administraciones competentes? ¿Existen técnicos dentro de ellas que tengan la experiencia para valorar este tipo de restauraciones, y en su caso autorizarlas o impedirlas? La respuesta es que no o casi no. La mayoría de los casos de restauraciones que pasan por los técnicos en patrimonio suelen concebirse como meras intervenciones histórico-artísticas (que lo que finalmente se ejecuta poco tiene que ver con la historia) y no como recuperaciones acústicas. ¡Estamos tratando con un instrumento de música, que si no se rompe, mantiene la misma música que en el momento de su fundición! En muchos casos, las campanas son los objetos más antiguos que se conservan en las poblaciones. Eso quiere decir que el sonido es la música más antigua en uso que puede disfrutarse. ¿Por qué ha de modificarse esa música local y convertirse en la misma que en cada localidad que la misma empresa ha trabajado?

¿Falta de financiación? Durante años en algunos territorios las restauraciones estuvieron subvencionadas por las administraciones públicas. Aún sigue sucediendo aunque con menos frecuencia. Si las restauraciones fuesen guiadas por especialistas, facilitando un proyecto con las medidas necesarias reales, en muchos casos se abaratarían los costes. Las empresas presentan presupuestos y no proyectos y el cliente, por cierta desinformación y falta de apoyo técnico acaba eligiendo el presupuesto más reducido, provocando en muchos casos la destrucción patrimonial.

Como vemos es un campo patrimonial por valorar aún. Y por tener conciencia de la importancia cultural que puede suponer la sistemática intervención sin criterio restaurador de valores tanto materiales como inmateriales sobre las campanas.

Después de trabajar en algunos casos de restauración y observar a través de la prensa otros en los que tenemos que definirlos como “destrucción”, tan sólo nos queda pensar que con estas líneas, con nuestro trabajo en el campo y con la responsabilidad cultural que suponen nuestros proyectos podremos llegar a cambiar el punto de vista de administraciones, empresas, clientes y sociedad con el fin de poner en valor de este rico patrimonio que no sólo hemos heredado, sino que hemos de dejar en herencia.

En el caso que nos atañe, Valdepeñas, esperamos que al menos los toques tradicionales puedan recuperarse, a través de los equipos electrónicos que pueden reproducir los toques después de recogidos, pero sobretodo por la voluntad popular de hacerlos manualmente en los días más señalados, para así volver a darle el sentido a la música comunitaria de las campanas, que no es otro que la transmisión de los sentimientos más profundos de toda la comunidad.

MARTÍNEZ ROIG, Eliseo
Campanólogo y Técnico en Patrimonio Inmaterial
Campaneros de Castilla-La Mancha (29-06-2015)


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