Doce campanas de la torre terminada de la Catedral de Málaga sonarán de nuevo tras la restauración y limpieza que llevará a cabo un equipo de restauradores a partir de septiembre, cuando serán bajadas de su ubicación para dicha labor, en la que algunas se sustituirán por una réplica.
Tienen previsto para las fiestas navideñas tener cuatro de ellas listas y terminar el resto para Semana Santa y así recuperar sus toques.
Esta actuación evitará el riesgo de accidente por caída de alguna de las campanas, cuyo peso va desde los 220 a los 4.000 kilogramos según los casos y que datan de los siglos XVIII, XIX y XX, explicó ayer el deán del templo, Francisco García Mota, en conferencia de prensa.
Las campanas serán limpiadas, se adecuarán a los tonos que tenían y se sustituirán los yugos de hierro, que se colocaron en la década de los 50 y que “distorsionan el sonido”, por otros de madera como originariamente.
Siete de las campanas no funcionan en estas fechas, con la remodelación diez serán de volteo y se instalará un ordenador que permitirá recuperar los toques tradicionales de la liturgia católica y su programación.
García indicó que una de las campanas, denominada ‘San Juan Nepomuceno’, “está totalmente inservible”, por lo que “se quedará en la misma zona del campanario y se hará una semejante a ella”. “Quiero que la próxima se llame ‘Nuestra Señora de la Victoria’ porque no hay ninguna con este nombre”, apostilló.
La restauración se hará en Murcia, a donde llevarán las campanas, en los talleres de la empresa Valverde de Albolote, compañía granadina que realizó trabajos de restauración en monumentos históricos como La Giralda, La Macarena, las catedrales de Murcia y Astorga o el Antiguo Convento de la Merced de la Diputación de Córdoba entre otras iglesias y ayuntamientos españoles.
Las cuatro primeras campanas restauradas se expondrán en el atrio de la catedral en la próxima Navidad y en Semana Santa estarán todas colocadas en su sitio y al uso.
Los técnicos subieron ayer al campanario y, aunque inicialmente se iban a bajar las campanas en quince días, determinaron que hay que retirar previamente unas mallas que impiden la entrada de palomas.
Las campanas se bajarán a primeros de septiembre a la calle Molina Larios mediante una grúa de grandes dimensiones; los yugos que se retiren se colgarán en las paredes del campanario a modo de pequeño museo junto a los retirados en otra ocasión anterior que continúan en la torre y las otras tres campanas del reloj no serán objeto de actuación alguna. Por su parte, el obispo de Málaga, Antonio Dorado, explicó que no se pretende que molesten las campanas, sino que “suenen como deben y a sus horas” y agradeció a la entidad de ahorros Unicaja que costee la restauración, cifrada en 104.078 euros. El presidente de Unicaja, Braulio Medel, expresó su satisfacción por contribuir a un proyecto “emblemático” y de esta importancia dentro de una de las líneas básicas.
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