EL MUNDO inicia un recorrido por los edificios que guardan algunas de las piezas más destacables de la Comunidad.
Una vez archivado el episodio en el que el ruido de las campanas enfrentó a un vecino de Ciutat Vella con la parroquia de San Nicolás (menos mal que no eran las mil que suenan en la canción de Alaska), EL MUNDO inicia un recorrido por los edificios que guardan algunas de las piezas más destacables de la Comunidad.
En la iglesia de Sant Joan del Mercat se encuentra la campana litúrgica más grande de Valencia ciudad. Con un sonido muy grave, según los especialistas, formaba parte de un conjunto mayor que desapareció durante la Guerra Civil. En sus cuatro caras pueden verse imágenes e inscripciones latinas, aunque, de todas, destaca la siguiente: «Nimis tantum, quod non sit in urbe metropoli dempta maius aequi». Es decir: «No hay otra en la ciudad más grande ni más pesada que esta».
También sobresale por su tamaño 'El Micalet'. La cuarta campana más grande de España (dentro cabe una persona de pie) se encuentra en la espadaña barroca de la Catedral de Valencia. A diferencia de la anterior, su uso no es litúrgico. Fue fundida para marcar las horas exclusivamente, aunque en algunos momentos de celebración, como el 750 aniversario de la conquista de Valencia o durante la visita del Papa Benedicto XVI, se dieron toques manuales.
Antes de emplazarla en la sala de campanas de la Catedral de Valencia, 'La Caterina', con más de 700 años de historia (es la más antigua en uso de la Corona de Aragón), sonaba en la torre de la Seo. Un cañonazo lanzado desde Capitanía en el siglo XIX rompió el yugo e hizo que sus más de 340 kilos aplastaran a un miliciano revolucionario que pretendía tomar el Micalet para tener una posición de disparo privilegiada.
Según los campaneros de la Catedral, es frecuente encontrar anotaciones votivas, peticiones y recortes de prensa de la época insertados en los contrapesos de madera (llamados 'trujas').
Otra de las campanas civiles más antiguas de Valencia permanece hoy en la entrada del Instituto Lluís Vives como elemento decorativo. 'La Vella', bautizada así por los campaneros para diferenciarla de otra 200 años más joven, servía para marcar las horas del reloj del instituto.
La Basílica de San Pascual de Vila-Real esconde la mayor campana de volteo del mundo, de más de 3.300 kilos, y un impresionante carillón compuesto por 72 piezas. A finales de los 90 se remataron las obras de la Basílica de San Pascual con dos torres y el carrillonista Aimé Lombaert ofreció un recital con obras de autores valencianos como Tárrega y Joaquín Rodrigo.
Desde hace unos meses, la Fundación San Pascual ha mantenido conversaciones con la Generalitat con el fin de dar a conocer este instrumento, uno de los más importantes del mundo, y permitir que los alumnos del Conservatorio Superior de Música puedan realizar prácticas con él.
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