VERDÚ, José - ¿Por quién doblan las campanas?. En busca de la unidad

¿Por quién doblan las campanas?. En busca de la unidad

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?

¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?

¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?

¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?

Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.

Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.

Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.

Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti. JOHN DONNE, Londres (1572-1631)

Hace unos años estuve en un pueblo de Sevilla para hacer unas gestiones y por alguna razón tuve que esperar, pues había quedado con otra persona. Eran las cinco de la tarde en pleno mes de Julio y el calor era sofocante, asfixiante, aplastante…me faltarían adjetivos para describir el calor que hacia en ese momento. Las calles estaban completamente vacías, no circulaba ninguna alma por sus tórridas aceras. Daba la impresión de ser un pueblo fantasma, solo el orden y la limpieza de las calles hacia ver que en ese pueblo había vida o por lo menos la hubo en algún momento.

De repente empecé a escuchar el repicar de unas campanas y no llegue a ver de donde procedían, pero reconocí su el repique clásico, eran campanas que tocaban a muerte. En ese momento empezaron a salir personas de sus casas, sobre todo personas mayores que dirigiendo su oído en dirección hacia donde provenían las campanas, reconociendo el clásico toque lento y continuado y sobre todo con cara sorprendida, se acercaban unos a otros y se hacían esta pregunta : “¿ por quien doblan las campanas?…..”

Estamos asistiendo a nuevo “holocausto” silencioso pero no por ello mas horrible, cientos de cristianos están padeciendo la persecución y el asesinato sistemático, organizado y auspiciado por el fanatismo de algunos países islámicos.

El mismo silencio ocurrido durante el Holocausto, también conocido en hebreo como השואה, Shoá, traducido como «La Catástrofe» a lo que técnicamente también se conoce, según la terminología nazi, como «solución final» de la «cuestión judía», es decir, el genocidio en el que aproximadamente seis millones de judíos fueron asesinados por el régimen nazi, bajo el mando de Adolf Hitler, y sus colaboradores. Solo algunos héroes desde el anonimato ayudaron de forma generosa a salvar muchas vidas de judíos, arriesgando las suyas, hicieron tanto por la vida ajena que no merecen quedar en el olvido.

Al igual que el frió es la ausencia de calor, la oscuridad es la ausencia de luz, el mal es la ausencia del bien.El mal no puede existir por si mismo, solo avanza y crece cuando los hombres buenos no hacen nada . El mal sigue avanzado porque los que pueden hacer algo y tienen los medios, no hacen nada y estamos otra vez ante un nuevo holocausto de Cristianos asesinados en muchas partes del mundo, como ocurría en los primeros siglos en los del cristianismo, mientras nosotros.

Esto es una realidad que esta ocurriendo ahora, pero mientras vivimos preocupados por nuestra comodidad egoísta y materialista cientos de personas son perseguidas y asesinadas por nadie hace nada.

Matan a un león famoso llamado Cecil en áfrica, no digo que este bien, pero esa noticia se convierte en un impacto mundial y causa el rechazo de miles de personas, mientras que el holocausto cristiano continua con cientos de perseguidos y asesinados, eso no es noticia mundial y apenas tiene repercusión en la sociedad..

Debemos de reflexionar y preguntarnos “¿por quien doblan las campanas?, y como dice el poema de John Done, las campanas están doblando por ti. Si no hacemos nada, si no aprendemos de la historia, estamos condenados a repetirla, porque volverá a ocurrir con otra raza o con otro pueblo o etnia , por eso las campanas están doblando por nosotros, asi que no te preguntes ¿Por quien doblan las campanas?…….están doblando por ti.

En busca de la unidad

La vida misma es en realidad una busca de unidad. Un científico trata de descubrir las leyes unificadas que gobiernan las fuerzas aparentemente diversas de la naturaleza. La teoría del todo, también conocida como teoría unificada, fue el sueño que Einstein nunca pudo cumplir. Consiste en una teoría definitiva, una ecuación única que explique todos los fenómenos físicos conocidos y dé respuesta a las preguntas fundamentales del Universo. Esa teoría unificaría la mecánica cuántica y la relatividad general, dos conocimientos aceptados pero que describen el Cosmos de forma muy diferente. El sueño es probar que solo hay una fuerza fundamental en la naturaleza o mejor dicho en la creación.

Un psicólogo trata de rastrear la miríada de elementos de la conducta humana externa hasta unas pocas necesidades subyacentes internas a la psiquis humana. Un ingeniero combina miles de piezas individuales para formar una máquina única. Pero todas estas formas de busca de la unidad son en realidad medios para un fin más alto: la busca de Dios y la máxima unidad.

Nuestra propia busqueda personal de unidad está dirigida hacia este mismo fin más alto. Hemos sido cargados con la responsabilidad de tomar todos los elementos de nuestro mundo material (nuestras familias, nuestro trabajo, nuestras preocupaciones cotidianas) y dirigirlos hacia Dios, el único verdadero elemento unificador tanto dentro como fuera de nosotros mismos. Para descubrir la unidad y el sentido en nuestras propias vidas, debemos primero entender la unidad de Dios; y buscando a Dios, y al alma dentro de nuestros cuerpos físicos, empezamos a darle sentido a los millones de hebras que conforman el hermoso tapiz de la vida. Este reconocimiento realza inconmensurablemente nuestras vidas, pues le da un sentido profundo a cada acción y pensamiento.

Es por eso que anhelamos la unidad, y por qué debemos buscarla. Estamos destinados a unificar nuestro todo nuestro ser, nuestros pensamientos y nuestras acciones, nuestra fe y nuestra razón. Llevar una vida unificada significa llevar una vida de armonía, una vida en la que hemos introducido a Dios en todos y cada uno de sus momentos.

Jesús dijo:

Mas no ruego sólo por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como tu, oh Padre, estas en mi y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tu me enviaste” (Juan 17:20-21, LBLA).

VERDÚ, José

Las Crónicas del Mesías (28-05-2017)

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