La cúspide de la torre de la iglesia se halla torcida y presenta riesgo de derrumbe
Comienzan las esperadas obras de restauración, reparación y consolidación de la monumental torre de la Iglesia Parroquial de Santa María de Fórnoles. Los trabajos que dieron comienzo el martes, se prolongarán hasta finales del mes de octubre y permitirán actuar en varios frentes. La actuación prioritaria consistirá en reconstruir y consolidar el último cuerpo de la torre, actualmente agrietado y cuyo pináculo final se halla torcido presentando un serio problema de derrumbe. Del mismo modo los trabajos permitirán consolidar la estructura de todo el campanario y corregir problemas de humedades que el edificio presenta desde la base.
Finalmente se procederá a la limpieza y restauración exterior de la torre, por lo que, una vez finalizadas las obras, lucirá en todo su esplendor. Los trabajos cuentan con un total de 75.000 euros procedentes del Gobierno de Aragón y Arzobispado de Zaragoza, de los cuales 60.000 irán destinados a la reparación de la cúspide y 15.000 al resto del edificio. La dotación presupuestaria obtenida permitirá además, actuar en la cubierta de una de las dos naves laterales que, de igual modo, presenta problemas de filtraciones y acusa el paso del tiempo.
El inicio de las obras ha sido acogido con entusiasmo en la población, cuyos vecinos observaban con preocupación los evidentes daños de la cúspide del campanario y temían que se pudiesen provocar daños mayores. «Es un edificio imponente y temíamos por su integridad, así que estamos contentos de que por fín en poco tiempo veamos la torre reparada», explicó la alcaldesa de Fórnoles, Trinidad Aguar.
Tras la finalización de los trabajos, quedará pendiente todavía la reparación de otra de las naves laterales del templo, para la que todavía no hay presupuesto adjudicado. «Seguiremos luchando para ver si a corto plazo podemos comenzar la última fase y dar por concluída la reparación de la iglesia», añadió Aguar.
El campanario del templo parroquial de Fórnoles es uno de los más altos del Matarraña y de todo el Bajo Aragón Histórico. La historia de su monumentalidad se remonta al siglo XVIII cuando el rey Fernando VI costeó su construcción, como muestra de agradecimiento hacia el ilustre fornolino Andrés Piquer Arrufat, médico del monarca. Precisamente por ello la torre cuenta con la particularidad de poseer en su base el escudo real del rey, lo que hace más singular al bello conjunto arquitectónico.
La que sin embargo tendrá que esperar por ahora es la rehabilitación del santuario de Montserrate.
Varios flancos del claustro presentan un deplorable estado de conservación y parte de las dependencias del extremo Este se han venido abajo en los últimos años.
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