| Descripción |
La torre, de planta cuadrada y maciza, presenta tres vanos por cara, en la planta de las campanas, y está rematada por cúpula y tambor con cuatro aperturas, en el que se encuentran tanto las campanas del reloj como la esquila de los toques ordinarios.
La caja de la escalera es exterior a la torre, y es una de las más hermosamente decoradas.
En los cuerpos bajos de la torre hay diversos escudos: uno con cinco flores de lis, y una serie de escudos capitulares, esto es del jarrón con las azucenas.
Cada uno de los vanos tenía una piedra en resalte, que actuaba como decoración, y que ha sido picada de la mayor parte de las campanas, probablemente para no estorbar el toque.
Los vanos vacíos han sido dotados de láminas de madera inclinadas, al estilo de las torres francesas o alemanas, en las que las campanas ocupan el centro de la sala, y que sirven para difundir el sonido en todas las direcciones. Esta a modo de persiana tiene en su parte inferior un sistema de desagüe para recoger las lluvias.
La sala de campanas estaba cubierta por la propia cúpula que corona la torre. No obstante, parece que en tiempos recientes se ha cubierto por un techo plano, que crea una cámara intermedia, cubierta por la bóveda, y que sirve de acceso, mediante una escalera metálica, al tambor y por tanto a las campanas del reloj y a la esquila. |
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Protección |
Bien: Iglesia Catedral de la Asunción
Comunidad Autónoma: C. A. Extremadura
Provincia: Cáceres
Municipio: Coria
Categoría: Monumento
Código: (R. I.) - 51 - 0000483 - 00000
Registro: (R. I.) REGISTRO BIC INMUEBLES: Código definitivo
Fecha de Declaración: 03-06-1931
Fecha Boletín Declaración: 04-06-1931
Fuente: Ministerio de Cultura (2005) |
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Graffitti |
Hay algunas inscripciones institucionales en la parte exterior de la torre. Así, en la caja de la escalera hay una placa de mármol blanco que dice: (Jarrón con azucenas: escudo capitular) / " MONUMENTUM AMORIS / VOTO ASUNCIONISTA Y MEDIACIONISTA / DE ESTE ILMO. CABILDO CATEDRAL / CORIA 12 DE MAYO DE 946".
También hay diversas inscripciones de Vitor.
La restauración de la sala de campanas ha sido la probable causa de la ausencia de todo rastro escrito en esta estancia. Sin embargo, en la sala intermedia, creada por el forjado que sirve de techo a la sala de campanas, hay diversos nombres de personas, probablemente de trabajadores de la restauración, de escaso interés. |
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Estado anterior |
Aunque la torre no había sido estudiada con anterioridad, no es difícil deducir que la campana mayor estaba fija, que las otras tres se volteaban mediante sogas, y que las pequeñas o Pascualejas se tocaban repicando, es decir moviendo rápidamente los badajos con finas cuerdas. Igualmente la campana de señales o esquilón, ubicado junto a las del reloj, voltearía o, probablemente se balancearía mediante larga soga, para las señales más cotidianas así como para los avisos a los campaneros. |
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Estado actual |
La instalación ha invertido la manera tradicional de tocar las campanas. Por un lado la mayor, que estaba fija, ahora oscila, mientras que las tres medianas, que volteaban en los dos sentidos mediante sogas, permanecen inmóviles y solamente se tocan mediante electromazo externo (del que carece la campana mayor).
La mayor parte de los electromazos pegan bajo, poniendo en peligro inminente las campanas, especialmente las más antiguas. La instalación de un desproporcionado badajo de balanceo para la campana mayor (antes fija) pone en peligro la campana, el asa badajera y el resto de la instalación. |
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Acústica, afinación de les campanas |
Hay dos intervenciones, que creemos recientes y poco afortunadas, que han modificado de manera radical la acústica tradicional del instrumento musical que es la torre, las campanas y los toques.
Aparte del cambio en la manera de tocar las campanas (están fijas las que se movían y se mueve la única que estaba fija), que carece de toda justificación, la anulación de la cúpula, como cubierta de la sala de campanas, supone una modificación injustificada de la sonoridad del conjunto. Sin dejar de mantener la escalera central, de acceso al tambor, y por tanto a las campanas del reloj, sobre todo para su mantenimiento, sería conveniente el desmontaje de este forjado.
Más difícil de justificar es la colocación, en los vanos sin campanas, de paravanes al modo francés, correctamente orientados hacia abajo, que solamente son útiles, desde un punto de vista acústico, cuando las campanas están ubicadas en una estructura interior, lo que no es el caso. Debe tenerse en cuenta que esta instalación "saca" los sonidos hacia afuera, en vez de permitir que reboten hacia la dirección opuesta. Si estos vanos estaban anteriormente cegados - tanto por motivos acústicos como para evitar los vientos fríos a los campaneros - debieron sustituirse por un panel continuo de madera, de respuesta acústica mucho más efectiva, y si estaban abiertos, como tales debieran permanecer.
Esto supone, necesariamente, y aún a pesar del buen trabajo y del fino acabado, el desmontaje de dichos paravanes.
Otra actuación injustificada acústicamente consiste en la ubicación de las Pascualejas colgando de vigas de hierro. Como es sabido, las vigas metálicas refuerzan, por entrar en resonancia, las notas parciales más agudas de las campanas, especialmente de las más pequeñas. La colocación de estas vigas, en forma de U invertida, aparentemente por motivos estéticos, no resuelve ni mucho menos la evacuación de aguas en caso de lluvias, y supone un riesgo puesto que la instalación eléctrica de estas campanas pequeñas cuenta con cables al aire. |
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Campanas |
La Catedral cuenta con un conjunto de campanas característico de Extremadura y de parte de León. En realidad se trata de dos grupos diferenciados por su ubicación y por su dedicación.
En la parte alta de la torre, en la linterna, se encuentran las dos campanas del reloj (de cuartos y de horas) y una pequeña de señales. La de los cuartos es de epigrafía gótica, que datamos hacia 1500, mientras que la de las horas está dedicada a San Emigdio, protector contra los terremotos, y fundida en 1758, probablemente como consecuencia del terremoto de Lisboa, en 1755. El esquilón de señales, ubicado en la misma sala y ahora inmovilizado, es del año siguiente, 1759, y probablemente del mismo fundidor.
En la sala de campanas hay un conjunto habitual en esas catedrales, formado por tres subconjuntos: las campanas mayores fijas (en este caso, una sola), varias campanas de volteo (aquí son tres) y unas Pascualejas, pequeñas campanas fijas, para repiques muy rápidos, y probablemente diarios, que en este caso son cuatro. Tres son del XVIII, dos del XIX y otra del XX, mientras que una de las pequeñas carece tanto de fecha como de elementos que permitan identificarla. La intervención ha sido muy desafortunada, ya que ha modificado tanto la sonoridad original como la manera de tocarlas, impidiendo toda posibilidad de toque manual. |
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Toques tradicionales de campanas |
Dos grupos diferenciados de campanas, ubicados en la misma sala: las cuatro Pascualejas y la mayor estaban fijas y eran repicadas, mientras que las tres intermedias eran volteadas mediante sogas.
Igualmente, la esquila del tambor de la cúpula era tocada a medio vuelo, mediante una larga soga.
Las dos campanas del reloj, finalmente, eran tocadas mediante un mazo externo por gravedad, del que tiraban los correspondientes mecanismos del reloj. |
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Toques actuales de campanas |
En la actualidad se han invertido los modos de tocar las campanas, sin justificación alguna. Así, las campanas de volteo están fijas, y se tañen mediante electromazo, mientras que la mayor, que jamás se movió, y era tañida mediante el badajo, es tocada ahora a medio vuelo, a la manera francesa, con un badajo desproporcionado.
Igualmente, la campana menor, de los toques diarios, que se tocaba solo a medio vuelo, está ahora fijada y se toca mediante mazo externo.
Finamente, las dos campanas del reloj, aunque conservan la instalación histórica, que les confiere una sonoridad peculiar, son tocadas también mediante sendos electromazos externos, que no solo cambian el sonido sino que pueden afectar a la seguridad del conjunto. |
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Toques propuestos de campanas |
Se proponen, lisa y llanamente, los toques tradicionales de Coria, que deben estar reflejados en los archivos capitulares, y quizás en la memoria de los últimos campaneros.
Las campanas del reloj deben tocar mediante su maza exterior original, por gravedad, mientras que la esquila debe oscilar para las señales diarias.
En la sala de campanas la mayor debe estar fija y las otras tres, restauradas, voltear en los dos sentidos, como si se tocasen mediante sogas. Finalmente las Pascualejas, muy agudas, deben colgar de vigas de madera y tocar mediante mecanismos de rápida respuesta unidos a sus badajos.
Se proponen los toques habituales en una Catedral, que mantiene el culto habitual: coro y misa capitular, toques de oración, así como la distinción entre las distintas clases: diario, domingo, fiesta, solemnidad menor y solemnidad mayor.
Los toques deben estar basados en varios principios indiscutibles: Las campanas de volteo deben voltear, esto es dar la vuelta completa, y no tocar mediante mazo externo imitando el volteo ni tampoco balancear. Debe valorarse, finalmente, la conveniencia de tocar a todas las misas de la Catedral. Igualmente tenemos serias dudas que el actual toque del ángelus sea tradicional.
La publicación del Reglamento del Campanero de la Catedral de 1898 despeja todas las dudas de la manera de tocar, definiendo claramente los toques que deben ser recuperados, tras una conveniente restauración de las campanas y sus instalaciones. |
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Actuaciones |
La última motorización y mantenimiento han sido llevados a cabo por SISTECRON de Cáceres, con grave desconocimiento de las técnicas más elementales de instalaciones de campanas. Esta mecanización coincide con una intensa restauración de la torre, que ha introducido elementos innecesarios y característicos de torres centroeuropeas, que tienen dentro las campanas, como unas ventanas de grandes láminas inclinadas. |
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Propuestas |
La propuesta genérica supone la restauración del conjunto, es decir la recuperación de sus valores originales, gravemente modificados por la reciente intervención.
En primer lugar, la linterna debe estar cerrada, mediante malla u otra protección de acero inoxidable o similar, de manera que impida la entrada de aves, sin afectar ni al sonido ni a la visión del conjunto. Esta protección no debe impedir el balanceo del esquilón ni el toque mediante mazo externo de las campanas del reloj.
En la sala de campanas debe valorarse la eliminación de las ventanas de madera, absolutamente inútiles en una torre que no tiene las campanas en su interior. Si se pretende sustituir por madera unos vanos cerrados por obra, las ventanas debieran ser rectas, sin resquicios para la salida de los sonidos, de modo que rebotando saliesen hacia delante. Si por el contrario las campanas deben sonar también hacia atrás, sobran las tablas.
La campana mayor debe volver a su altura original, y colocarse de manera fija; de ningún modo debe oscilar, y menos aún con un badajo tan desproporcionado como el actual. Se recomienda que el toque se realice con un badajo adecuado, del que tire un motor u otro aparato electromecánico o hidráulico, de modo que reproduzca los toques tradicionales sin impedir los manuales.
En cuanto a las tres campanas de volteo deben restaurarse de modo que puedan girar en ambos sentidos, como lo hacían los campaneros mediante largas sogas, de manera que no solamente puedan voltear mecánicamente sino que la instalación no impida los posibles toques manuales. Del mismo modo deben dotarse las Pascualejas, ubicadas nuevamente en vigas de madera, de mecanismos muy rápidos, unidos a los badajos, que aseguren repiques de gran velocidad y compatibles con los toques manuales. |
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AutorÁLVARO MUÑOZ, Mari Carmen; LLOP i BAYO, Francesc (04-08-2005) |
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