El campanero, que también reparaba relojes, aprendió el repiquete de un zapatero de El Frago, ochenta años antes, es decir hacia 1890.
Lo interpretaba los domingos y días festivos un rato antes de la misa mayor, sin otras señales, utilizando las dos campanas útiles de la sala (las otras estaban quebradas). El bandea la campana mayor mientras que su esposa le ayuda bandeando la pequeña.
Se trata de una grabación de pésima calidad, realizada con uno de los primeros cassettes domésticos, pero de gran valor documental, incluso para nosotros por tratarse de la primera que hicimos en Aragón.
