El GREMI DE CAMPANERS VALENCIANS ha entregado la redacción final del inventario de las campanas de cincuenta catedrales españolas, encargado por el Ministerio de Cultura. Se trata de un estudio sobre el estado de conservación y la importancia de los conjuntos de campanas de catedrales del centro y del este de España, aportando propuestas para su restauración.
El trabajo, realizado entre 1988 y 1994 por cuatro equipos diferentes, ha permitido estudiar 459 campanas, de las cuales se ha procurado recoger todas las características (epigráficas, mecánicas, acÚsticas), lo que no ha sido fácil, debido a las difíciles condiciones de acceso o de conservación de muchas de ellas. El conjunto de materiales estudiados constituye uno de los más importantes fondos de campanas de todo el Estado, y está depositado en la sede del GREMI, en la Ermita de Santa LlÚcia de València, donde se puede consultar previa petición. Además de las medidas recogidas, destacan los calcos prácticamente completos de la epigrafía de las citadas campanas, la grabación de su sonido, así como cerca de 2000 fotografías.
El trabajo ha sido lento y laborioso, ya que no sólo se trataba de estudiar cincuenta conjuntos del este y del centro de la península, sino que debíamos combinar estos estudios con nuestras experiencias más cercanas de restauración e intervención en campanarios de la Comunidad Valenciana, verificando y aplicando criterios técnicos que respeten el patrimonio, sin impedir su uso y disfrute.
Aparte del estudio completo presentado al lnstituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales se han remitido copias a las instituciones interesadas: Catedrales, Ayuntamientos y Comunidades Autónomas correspondientes, algunos de los cuales han agradecido el envío asegurando que tendrán en cuenta el documento a la hora de intervenir sobre las campanas y sus instalaciones.
El nÚmero de campanas por catedral es muy variable: desde Cuenca, que cuenta con una sola (aunque gótica, y de gran interés), hasta Murcia, que tiene veinticuatro. La campana más antigua, fechada, ha sido la "Caterina", de la Catedral de València, de 1305, aunque hay otras anepígrafas, como las de Burgo de Osma, Soria o Tudela, que podrían ser anteriores. Las más recientes son de 1991.
Hay 21 campanarios totalmente mecanizados; 23 parcialmente electrificados, que conservan parte de la instalación anterior, aunque por lo general los mecanismos instalados impiden los toques manuales. 5 campanarios conservan, más o menos íntegras las instalaciones tradicionales, y otros 5 están fuera de uso por diversas causas (abandono de instalaciones, obras de restauración del templo). Sólo 4 campanarios tienen manuales los toques diarios y los festivos, mientras que 6 campanarios alternan los toques diarios mecánicos y los toques festivos manuales.
El inventario debería ser completado hasta llegar a la totalidad de las campanas de las catedrales españolas. En el momento de la entrega del trabajo realizado, a lo largo de seis años, se presentó una propuesta para estudiar también las otras 33 catedrales que quedan para completar el trabajo. Esta investigación, que no queremos dejar cerrada, no sólo nos ha servido para conocer la importancia de las campanas de las catedrales. También nos ha ilustrado el estado actual de conservación, lamentable en la mayoría de los casos, y las actuaciones de las empresas especializadas, que siguen destruyendo uno de los patrimonios más singulares, sin ningÚn control, como la refundición de una de las campanas de la catedral de Mallorca, fundida hacia 1315, en una fecha tan reciente como 1991.
El trabajo pretendía el estudio de las campanas y de sus instalaciones, y aportaba propuestas de restauración adecuadas a cada caso. Se trataba de aportar una visión nueva de este patrimonio, que está sufriendo una serie de actuaciones, justificadas por la mecanización de los toques, pero realizadas sin el menor control técnico y histórico por un pequeño nÚmero de empresas muy especializadas. En nuestras propuestas apuntábamos tres condiciones para las intervenciones en estos instrumentos musicales de carácter comunitario: las instalaciones tradicionales deben ser conservadas, los motores y otros mecanismos deben reproducir los toques tradiciones, y estas instalaciones mecánicas deben permitir, sin estorbo, la realización de toques manuales.
Reflexionaremos a continuación sobre el estado total del conjunto, destacando algunos aspectos que ilustran la urgencia de su protección. La comunicación se completa con la relación de las campanas existentes en 49 de las catedrales estudiadas (en la Catedral de la Santa Creu de Barcelona nos fue prohibida la toma de datos, aunque realizamos el estudio correspondiente).
Tras la desaparición de los campaneros, Últimos transmisores de los toques tradicionales, las instalaciones están completamente abandonadas. Las palomas y sus excrementos; los accesorios, tradicionales o modernos, que se amontonan en el centro de la sala; los restos de actuaciones, las campanas rotas, desconectadas o con los badajos rotos, son cosa usual en los campanarios de catedrales. Sólo tres catedrales con campanero tradicional (Castelló, Teruel y Solsona), o las seis con un grupo de voluntarios campaneros (Barbastro, Castelló, Segorbe, Tarragona, València y Vic), se escapan a este abandono. Únicamente un par de torres mecanizadas se encuentran en buen estado, lo que supone que cerca de cuarenta campanarios están absolutamente sucios, abandonados, y casi totalmente inutilizables como instrumento musical.
Aunque la práctica totalidad de los conjuntos se encuentra en edificios declarados BIC, no nos consta la inclusión de las campanas y sus instalaciones en la descripción de las partes que componen el monumento. Tampoco nos consta la declaración específica de una sola campana, por muy histórica y antigua que sea. Esta falta de definición de las campanas y de sus conjuntos como parte integrante del monumento justificaría la destrucción de unas instalaciones teóricamente protegidas por la cobertura del BIC.
Hay aproximadamente una veintena de instaladores de campanas y de accesorios para el toque en todo el Estado Español. De ellos seis u ocho tienen fundición propia de campanas, aunque ninguno de ellos es capaz de construir campanas de calidad, con una nota y una afinación previsibles. Todos sustituyen las instalaciones tradicionales, basadas en yugos de madera, que confieren cierta sonoridad y permiten unos toques específicos, por estructuras de hierro, mal calculadas, y sin la menor protección, que a los veinte años están ya inservibles (cuando algunos yugos tradicionales tienen más de cinco siglos de uso ininterrumpido). A pesar de las soluciones existentes, puestas en práctica en la Comunidad Valenciana (soldadura de campanas históricas, instalación de motores acoplados a yugos y otras instalaciones tradicionales, empleo de ordenadores para la gestión de estos motores, reproducción de los toques tradicionales), las empresas siguen trabajando sin proyecto específico, sin autorización de la autoridad competente en materia de Patrimonio Cultural, sin autorización de la autoridad competente en materia de Industria, y no teniendo en cuenta las características históricas, musicales y técnicas del conjunto sobre el que se quiere actuar. La práctica usual de estas empresas es destruir en su práctica totalidad las instalaciones (yugos de madera, ubicación original, sistemas tradicionales de toques), e incluso las propias campanas, que cambian por otras de peso similar, sin tener en cuenta ni su forma (que determina el sonido) ni su aleación (que causa el timbre) ni su epigrafía o decoraciones (que transmiten el valor documental del instrumento). Se trata de un mercado con mucha competencia: unos instaladores de València pueden trabajar en Zamora o en Málaga, y otros de Cantabria en la Comunidad Valenciana o en Galicia.
Las campanas, sus instalaciones y los toques que pueden producir no sólo son un hecho patrimonial; son también un importante fenómeno cultural, ya que constituyen el Único sonido invariable que trasciende el paso de los siglos: cuando suena la "Caterina" de la Catedral de València, de 1305, escuchamos el mismo sonido, aÚn vivo, de hace casi siete siglos, cuando no existía ninguno de los edificios actuales. Los toques, determinados por las campanas, sus instalaciones y la manera de tañer el conjunto, constituyen por tanto un hecho cultural que hay que proteger imperativamente - cosa que no hace ninguna de las empresas existentes en el Estado Español.
Es preciso aplicar los criterios de restauración también en el mundo de las campanas, sus instalaciones y sus toques. Es preciso un proyecto, y la actuación debe conservar las instalaciones tradicionales; se deben reproducir mediante motores y otros mecanismos los toques tradicionales; las instalaciones no pueden impedir los posibles toques manuales, una actividad cada vez más extendida.
La protección de las campanas pasa por la creación de grupos de voluntarios campaneros. Estos pueden encargarse del estudio, la conservación preventiva y el mantenimiento de las instalaciones, así como de la interpretación de los toques, en armonía con unos mecanismos automáticos instalados Únicamente de manera sustitutoria. En estos momentos existen varias asociaciones dedicadas a la protección activa de este patrimonio tan singular, y que no puede seguir en manos de unas empresas sin escrÚpulos, ante la desidia y el abandono de las autoridades competentes en materia de patrimonio.
El GREMI DE CAMPANERS VALENCIANS es una de estas asociaciones, formada por 220 agremiados, que dedican su tiempo y sus esfuerzos a proteger las campanas y sus toques desde distintos ámbitos: unos tocan, otros restauran, algunos investigan, y no pocos apoyan las actividades del grupo. Hay tres equipos estables en las catedrales de Castelló, Segorbe y València, que se dedican a tocar, manualmente, todas las festividades del año. Mientras que en las dos Últimas, restauradas a iniciativa del Gremi, se han quitado los motores eléctricos anteriores, dejando una muestra para los toques diarios, en la primera torre, de titularidad municipal, el campanero, que es un empleado del Ayuntamiento, se encarga también de tocar cada día. También hay otros equipos en poblaciones de la Comunidad Valenciana. El Gremi, aparte de sus publicaciones y archivos, tiene relaciones con otras asociaciones similares, tanto españolas como europeas, ya que el fenómeno de las campanas y sus toques está en franca expansión.
Francesc LLOP i BAYO
València - 1996
© LLOP i BAYO, Francesc (1996) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 04-10-2024 |