SÁNCHEZ, Javier - Campanas que más que oírse, se “sienten”

Campanas que más que oírse, se “sienten”

Agüero espera la restauración de sus campanas, un conjunto con mucha historia y significado


Jorge Viejo, a la izquierda, comprueba la restauración de la campana Santa Bárbara, con un artesano de la empresa valenciana 2001, Técnica y Artesanía - Foto CABRERA, Amaury


De izquierda a derecha, Santa Quiteria, Santa María y Santa Bárbara en la plaza de Agüero cuando fueron descolgadas del la iglesia de El Salvador para su traslado a Valencia. - Amaury Cabrera

EN AGÜERO las campanas no se oyen, las campanas, como se dice en Aragón, se “sienten”. Y su clamor se hace más latente ahora, que Santa Bárbara, Santa Quiteria, Santa María La Mayor y Santa María La Menor, como se denomina cada una de las piezas de este conjunto de cuatro, han viajado a Valencia para su restauración.

La espera va a ir para dos meses. Se confía así que regresen a su hogar en los próximos días, después de un proceso de rehabilitación que comenzó con su espectacular descuelgue con grúas el pasado 15 de junio para su posterior traslado al taller de la capital levantina. Según el deseo de los vecinos, volverán a sonar, a “sentirse”, renovadas, para San Roque, el 16 de agosto, fecha en la que esta localidad de La Hoya de Huesca celebra sus fiestas.


Dos operarios de la empresa 2001, Tecnica y Artesania, descuelgan una de las campanas. - Amaury Cabrera

Su traslado dejó “mudo” el campanario de la iglesia de El Salvador, del siglo XII, por esta buena causa y todo ello gracias a la constancia y el empeño de la Asociación Cultural e Histórica Campanas de Agüero, de la que se encuentra al frente Jorge Viejo. Un proceso en el que se han invertido 26.000 euros gracias a las aportaciones realizadas tanto por los vecinos, canalizadas desde la propia Asociación Cultural -desde donde se han vendido camisetas, entre otras acciones- la Asociación de Amas de Casa Santa Quiteria, también de la localidad; como desde las instituciones: el Obispado de Jaca, la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón.

A las cuatro campanas le dedicó un artículo en 2011, en la revista Mullers de la Asociación Santa Quiteria de la localidad, el antropólogo y campanero y uno de los mayores expertos de España en esta materia, Francesc Llop.


Proceso de pesado de la campana Santa María. - Amaury Cabrera

Se trata así, escribió entonces Llop, de “un típico conjunto aragonés, caracterizado por dos campanas grandes y dos campanas pequeñas”. “Como es habitual en Aragón -prosigue-, las dos pequeñas se emplean solas para los toques de niño difunto o moende, y las otras para los repiques de fiesta y para los toques de muertos”. Llop sitúa así en su artículo como “la campana más antigua e importante”, la mediana, Santa Bárbara. Se trata, señala el antropólogo, de una campana gótica, “de alrededor de 1500, con minúscula gótica y las típicas decoraciones de aquel momento”. “La mayor es del siglo XVIII (Santa María La Mayor), incide el experto “y probablemente las dos pequeñas (Santa María La Menor y Santa Quiteria) del XIX”.


Detalle de la campana de Santa Bárbara durante su restauración. - Amaury Cabrera

Santa Quiteria, precisamente, ha sido amadrinada por la Asociación de Amas de Casa que lleva su nombre. “Quiteria es de las que menos suena, porque es la que se utiliza para tocar a muerto, es la que no te aparece oír, pero es importante”, señala Mónica Morote, miembro de la Asociación, que resalta la importancia del sonido de las campanas como medio de comunicación en las localidades, aunque sea para dar malas noticias. Como señala, en Agüero se vive todo como “en una gran familia” y cuando, como ha sido el caso, “alguien mueve algo, siempre está la gente apoyando y cada uno colabora de la forma que puede”.

Las campanas son así un elemento, añade, que “muchas veces no te das cuenta de que están ahí, llega un momento que no las oyes cuando tocan las horas o las medias, pero en el momento que fallan es como que te falta algo”.


Campana de Santa Quiteria en pleno proceso de rehabilitación. - Amaury Cabrera

“Me contaba una vecina cómo se emocionaba al recordar a todos los mozos que tantos años han bandeado”, relata, por otra parte, el padre Adilson, párroco de Agüero, en referencia al particular volteo alterno con el que se hacen sonar estas campanas en Aragón y en Navarra.

Esta restauración, señala, “mueve sentimientos entre los agüeranos, es diferente a otras que también hemos acometido, como la reparación del techo de la sacristía o la próxima reparación del suelo del campanario, que son necesarias y que suponen un esfuerzo, pero está claro que ‘enganchan’ menos que las campanas”, añade el sacerdote.

Y es que, como asegura, “las campanas son un símbolo de una Iglesia viva, de una Comunidad que celebra por todo lo alto y con alegría el mensaje de Jesús”. “Me imagino como será este año la procesión que hacemos el día de San Roque, Patrón de Agüero, con los bandeadores volteando las campanas durante toda la procesión, será impresionante”, prevé Adilson.


Elementos utilizados en el taller de la empresa artesana. - Amaury Cabrera

“Aquí las horas suenan las 24 horas del día y ahora se echan de menos”, coincide la alcaldesa de la localidad, María Pilar Viejo. Señala, por otra parte, que si bien el objetivo de restaurar las campanas se ha conseguido, el paso del tiempo y el no mantenimiento hace que los suelos de las plantas de la torre, incluido el del campanario, requiera, como el resto de la iglesia, de una restauración importante.

“Todas las partes implicadas estamos de acuerdo, porque el tema de las campanas está ya en marcha y hay que darle una solución”, asegura María Pilar Viejo. Tanto la iglesia del Salvador de como el Museo del Órgano de la localidad, recuerda la alcaldesa, pueden visitarse este verano dentro del programa Puertas Abiertas de la Comarca de la Hoya de Huesca, siempre con acompañamiento de los vecinos.

Así, desde el 1 de julio al 17 de septiembre, las visitas serán de martes tarde a domingo de 11:00 a 12:30 y de 17:00 a 18:00 (los lunes está cerrado). Podrá verse además del 18 de septiembre al 31 de octubre los fines de semana en el mismo horario.

El bandeo como tradición a recuperar

Si hay algo que caracteriza a las campanas de Agüero no es solo su historia, sino también la forma en la que se hacen sonar.

Como explica Jorge Viejo, portavoz de la Asociación Cultural e Histórica Campanas de Agüero, estas actúan como un instrumento musical, mientras que el campanario sería como una caja de resonancia, lo que permite que su sonido se pueda interpretar como una melodía.

El campanero, que solía ser el sacristán, era el encargado de dar esos toques tirando del badajo con unas cuerdas, lo cual, como señala Viejo, “marcaban el devenir de la sociedad”, informando así, con diferentes ritmos, por ejemplo, de fallecimientos, fiestas o, dado el caso, de incendios, mensajes que los vecinos sabían interpretar. La tradición de los toques pasaba de padres a hijos y tras la muerte del último campanero, la han recuperado los vecinos.

De vuelta completa

Aparte de estos toques señala Viejo, las campanas se pueden además bandear, esto es, hacer que giren con una vuelta completa, haciendo que el bajado toque con más fuerza. De esta labor se ocupaba así la gente joven del pueblo, lo cual, dado su gran tamaño, en el caso de Santa María La Mayor, con una tonelada de peso y Santa Bárbara, de unos 700 kilos, se convertía en todo un espectáculo, no exento, tampoco, de riesgos.

Esta técnica, propia de Aragón y también de algunas zonas de Navarra, se utilizaba así en fechas señaladas, como la fiesta mayor de Agüero, el 16 de agosto, día de San Roque, algo que no se ha podido hacer en los últimos 40 años debido a su mal estado y que ahora, tras la restauración, se quiere recuperar.

Se trata así de realizar un bandeo alterno, para lo que se necesitaban dos personas en el caso de estas campanas de gran tamaño, de forma que mientras una se encuentra en movimiento ascendente, la otra desciende y se puedan diferenciar los distintos toques. El bandeo de Santa Bárbara ha de adaptarse así al de Santa María La Mayor, de forma que “el golpe de una sea en los silencios de la otra”.

En Agüero, señala Viejo, en lugar de empujar el yugo se tira de él, para lo cual los bandeadores utilizan la fuerza de todo el cuerpo. Las campanas, en el caso de esta localidad en particular, se encuentran a una altura media, obligando a los bandeadores a agacharse entre toque y toque para no golpearse con ellas cuando están en movimiento y antes de darles un nuevo impulso, lo que les deja en una posición expuesta y también de gran concentración. En este proceso, señala Jorge Viejo, se vivían dos momentos “críticos”. Uno era el inicio del bandeo, para lo que se dejaba el bronce de las campanas en equilibro sobre unos maderos, “se miraba a ver si salía la procesión y una vez salía se soltaban esas estacas y se dejaban caer”, empezando así a sonar.

Los relevos

Y la otra parte crítica eran los relevos. “La procesión duraba unos veinte minutos, es mucho tiempo tirando de una campana y era necesario cambiar a los dos bandeadores por gente de refresco”, relata Viejo. En el caso de las campanas pequeñas, “entraba uno y salía el otro, pero en el caso de las grandes, salía uno de los dos, el otro seguía, haciendo lo que podía, hasta que podía entrar el siguiente. Luego, el que había entrado seguía solo, hasta que podía salir el que se había quedado y entraba otro”, continúa Viejo.

SÁNCHEZ, Javier

Diario del Alto Aragón (06-08-2023)

  • Parroquia de San Salvador - AGÜERO: Campanas, campaneros y toques
  • AGÜERO: Campanas, campaneros y toques
  • RELOJES & CAMPANAS MONUMENTALES - 2001 TÉCNICA Y ARTESANÍA (NÀQUERA) : Intervenciones
  • Restauración de campanas: Bibliografía

     

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