La primera fase del inventario de las Catedrales de España, que incluía 50 catedrales (las ubicadas a la parte este) obligó a elaborar todo un aparato metodológico, inspirado en gran parte en los trabajos de Francesc LLOP i BAYO para su tesis doctoral, ya que él era el director del equipo, coordinador de los trabajos y redactor de los informes finales.
La ausencia de elementos digitales, habituales hoy en día, como son las cámaras, las grabadoras, incluso los teléfonos móviles, obligaron a desarrollar técnicas para recoger y verificar la información, que no siempre se pudieron aplicar. Por ejemplo los calcos de las inscripciones, que a menudo eran imposibles de obtener por la suciedad o por la ubicación alta de la campana. Igualmente la fotografía analógica, de gran coste, y de dilatado proceso, obligaba a tirar una o dos fotografías por campana,
La ficha, con veintitantas medidas también era inaplicable en la mayor parte de los casos, por lo que muy pocas veces se pudo rellenar.
Finalmente, las propuestas de categorización, pensando en una futura base de datos, tampoco dieron fruto. Poco tiempo después de finalizar la toma de datos, el incipiente uso de ordenadores y de bases de datos, y el posterior volcado, apenas siete años más tarde a los primeros balbuceos de internet, demostraron que las fichas futuras debían ser más simples, más abiertas y al mismo tiempo completas con la aparición de la fotografía digital, entre otros elementos auxiliares e imprescindibles para la investigación.
GREMI DE CAMPANERS VALENCIANS
(24-09-1989)