Ocho siglos ininterrumpidos del revolteo, una tradición que se transmite generación en generación
Albaida es el único pueblo de la Comunitat Valenciana que presume de conservar una tradición que lleva ocho siglos celebrándose. Todos los días del año, las campanas de la localidad suenan gracias a un grupo de campaneros que lo hace posible manualmente, como en sus inicios.
Tras valorar la importancia que tiene el toque manual de campanas, así se ha reconocido mediante el pleno de su Ayuntamiento, de manera que todos los partidos políticos instaron al gobierno valenciano, a través de la Conselleria de Turismo, Cultura y Deportes la declaración de esta costumbre como bien de interés cultural inmaterial.
Como antecedente a esta petición, el historiador Abel Soler realizó un estudio previo compuesto por 200 documentos que recopilan ocho siglos ininterrumpidos de toque manual de campanas, todos ellos extraídos de diversas fuentes como el archivo parroquial, el archivo del Reino de Valencia o el Ayuntamiento de Albaida.
Es el único pueblo que ha mantenido esta actividad sin cesar, «incluso en los años de guerra civil, cuando se tiraron todas las campanas abajo y solo quedó una para indicar acontecimientos de importancia tales como incendios», explica Toni Berenguer, responsable de la Colla de Campaners de Albaida.
Actualmente este deseo está a la espera de que la Conselleria dé alguna respuesta. A todo ello se suman los elementos materiales que acompañan a este bien inmaterial a proteger, como el campanario renacentista del siglo XVI y el juego de campanas que alberga. Según el Ayuntamiento de Albaida, «merecen ser protegidos como elementos destacados del patrimonio historicoartístico de la ciudad».
Desde los tiempos de Jaume I hasta el siglo XXI no ha intervenido ninguna mecanización o electrificación que haya interferido en el proceso de transmisión cultural de este toque de campanas.
Ataviados con una indumentaria propia, este grupo de campaneros, que en 1992 se constituyó como asociación cultural, reivindican que el sonido de las campanas es un arte musical ejecutado por instrumentos afinados y armonizados por parte de un equipo coordinado de personas formadas en el oficio ancestral del 'Campaner'. «Actualmente somos quince en la colla y siempre han venido jóvenes y niños de 10 años que quieren seguir la tradición», comenta el responsable de la colla de Campaners. Sin embargo Toni Berenguer destaca que «hay muchos niños que se inician por propia afición, sin que su familia se dedique a ello».
Con el objetivo de preservar la tradición, también se dedican al estudio, investigación, conservación y restauración. En los últimos años, dos campanas han mejorado su imagen, la 'Campaneta Sant Miquel y la campaneta de Missa, con motivo de su 200 aniversario.
Albaida confía en que no dejen de sonar nunca estos sonidos que constituyen una parte esencial del paisaje sonoro que han escuchado sus antepasados y que hoy debe preservarse para transmitirlo a las generaciones futuras.
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