El recorrido, guiado y de una hora de duración, se realizará para grupos de hasta 25 personas
La catedral se abre a los cielos - Autor: MIELNIEZIJK
La majestuosidad de la Catedral y su relación con el entorno son comprendidas en toda su magnitud cuando el espectador también la ha podido contemplar desde arriba. Después de varias restauraciones e intervenciones, el cabildo catedralicio ha decidido abrir a las visitas turísticas el campanario y sus terrazas para completar la experiencia de conocer el monumento más emblemático de la isla. El recorrido guiado arrancará en julio y al mismo podrán apuntarse grupos de hasta 25 personas. La inscripción a alguno de los cinco o seis turnos disponibles al día podrá realizarse directamente en la web www.catedraldemallorca.info.
El acceso al campanario se produce desde una portezuela cercana al portal de la Almoina. Para la subida no queda otra que coger aire. Bastante. Toca enfrentarse a una estrecha y empinada escalera de caracol. La primera parada del recorrido es una sala mediana donde, entre los siglos XV y XVIII, residían trabajadores de la Catedral o se refugiaban "personas que huían de enfrentamientos violentos o delitos", explica Cati Mas Andreu, conservadora de Patrimonio de la Seu. "Durante una época, ésta fue una sociedad muy violenta y llegaron a decretarse los confines de este templo como lugar límite para los conflictos", señala. La huella humana se ve y se palpa en los graffiti de esta estancia típicamente gótica, donde se distingue la firma de Sebastià Sbert, "bandolero que estuvo en la cárcel y se refugió aquí", desvela Mas. Su riqueza de epigramas y dibujos ha provocado que los expertos se refieran a este espacio como "el segundo archivo de la Catedral". "Hay incluso un graffiti muy dramático que dice: 'Pens morir'", continúa la conservadora, quien señala que el campanario estuvo separado de la Seu hasta finales del siglo XV. "En los albores, eran dos construcciones distintas. Al parecer y tal como confirma la orientación del campanario, éste habría sido levantado a partir del antiguo minarete de la mezquita", agrega.
Las escaleras desembocan ahora en el cuerpo principal de las campanas, construido en madera. "Es muy resistente, es una estructura que ha superado varios incendios", asegura Mas. Si uno levanta la vista por el hueco principal, puede contemplar N'Aloy, la campana más grande –4.670 kilos–, que únicamente repica el día del Corpus. "Su toque era tan potente que llegaron a derrumbarse en el siglo XVIII algunas bóvedas laterales", explica. Por entonces, la Catedral padecía importantes problemas estructurales, "su tendencia a inclinarse hacia el oeste parecía difícil de contener", añade. Tras el terremoto de 1851, se agrietó la fachada principal, "que no es la que puede verse actualmente desde la Almudaina", apostilla Mas. Fue en ese momento de urgencia cuando el cabildo encargó a Peyronet el proyecto de una nueva con el fin de reforzar toda la estructura.
Con estas nuevas visitas, la institución religiosa también estrena la restauración de algunas campanas góticas de 1312. "Los trabajos se han realizado in situ y lo que se ha hecho ha sido tratar el material de manera muy prudente y registrar todas las epigrafías para su estudio", comenta la conservadora, quien recuerda que el de la Seu es el conjunto de campanas góticas más importante de Europa.
Desde el centro de operaciones del campanario, se accede directamente a las terrazas, que son recorridas en 360º durante la hora que dura la visita (su precio oscilará entre los 10-12 euros). En la zona oriental, es posible contemplar todo el sistema arquitectónico de arcos arbotantes, el costillar que sujeta la nave central, y los vitrales, cada uno de ellos con un plafón explicativo. "Hasta el siglo XX, la Seu era un edificio oscuro porque todos los ventanales estaban tapiados", indica Mas. "Gaudí sí tenía un proyecto para abrirlos, pero sólo pudo hacer dos con su técnica de la tricromía en la Capilla Real y el rosetón pequeño", sostiene. No fue hasta la década de los 40 cuando se fueron destapando los vitrales. "Ahora son más de 80 los que iluminan el templo", comenta la conservadora.
Girando a la derecha, el espectador se encuentra con uno de los mayores atractivos de la visita, el dorso del rosetón central, formado por 1.115 cristales de colores. "Es uno de los más grandes del mundo de estilo gótico", sostiene Mas. Si el espectador acerca el ojo a los distintos vidrios, podrá contemplar el rosetón opuesto –el de la fachada– en distintas tonalidades. Un caleidoscopio multicolor.
Después de este pasatiempo, es el momento de subir hasta el escalón 208. Hay que recordar que la nave central alcanza los 43,7 metros. Es la más alta después de la Catedral de Beauvais, en Francia, y el Duomo de Milán. "Pasaremos por encima del rosetón", detalla la conservadora. Es el momento ideal para observar las dos mitades de la Seu, la fachada norte y la fachada sur –separadas por el tejado– y sus enormes diferencias de conservación. "La norte está totalmente restaurada, pero la sur, no", comenta el gerente de la Catedral José Capote, quien hizo reparar al público en las diferentes tonalidades de la piedra. En estos momentos, el cabildo ha de encargar la redacción del proyecto de rehabilitación de esta parte que mira al mar y luego esperar los permisos de Patrimonio, cuya directora insular, Kika Coll, participó ayer en la visita junto al presidente del Consell Miquel Ensenyat, el conseller insular de Cultura Francesc Miralles y su director insular Rafel Creus. La reforma sería pagada con recursos propios.
Además de las vistas a Palma desde todos los ángulos, desde las terrazas –reforzadas con barreras por motivos de seguridad– pueden contemplarse con bastante detalle las gárgolas, que escupen el agua que baja de las vertientes del tejado y las cubiertas, además de otros elementos escultóricos, como la imagen de la Asunción de la Virgen y el relieve circular con un ángel que abre su sepulcro vacío ante la mirada de los apóstoles.
Con motivo de la inauguración de las visitas, el cabildo ofrecerá a la ciudadanía tres o cuatro días de puertas abiertas. "La primera visita, la de las 10 de la mañana, de todos los sábados del año también será gratuita", especifica Capote, quien asegura que en breve anunciarán el día exacto del mes de julio en que comenzarán los recorridos guiados, que acabarán a finales de octubre para volver a retomarse en abril de 2017.
VALLÉS, M. Elena
Diario de Mallorca (14-06-2016)
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