Las campanas del símbolo más genuino de Londres dejarán de repicar el próximo lunes por obras de restauración de la torre
Operarios descienden por la esfera de reloj en 2014 - Autor: EFE
Se acerca el 'día D' del Big Ben. El famoso reloj de Londres que preside la torre sobre el Parlamento y el puente de Westminster guardará silencio a partir del lunes 21 durante cuatro años. Al mediodía sonarán las doce campanadas, con sus cuartos habituales, por última vez hasta 2021. La nueva y callada rutina solo se romperá en contados momentos de «interés nacional», como la Nochevieja o el Domingo del Armisticio de la Primera Guerra Mundial, cuando el Gran Reloj recuperará su grave sonoridad.
Las agujas seguirán marcando las horas y los minutos durante estos cuatro años. Pero quedarán inoperativos la conexión y los martillos que golpean las cinco campanas: cuatro pequeñas que dan los cuartos y la grande para las horas. Nadie sabe de dónde viene el apodo Big Ben con el que se conoce este conjunto arquitectónico del siglo XVIII. Originariamente solo designaba la campana mayor, de 13,7 toneladas y un repique en la nota musical mi. Pero casi todo el mundo lo identifica ahora con el famoso reloj de cuatro caras que asoma sobre el Támesis en su torre de 96 metros, rebautizada Isabel en honor de la reina.
El Big Ben va a guardar silencio para proteger a los obreros. Se está restaurando la torre en un extenso programa de más de 30 millones de euros y el constante repique podría dar pie a demandas por contaminación sonora de los que faenan subidos al andamio. «Mientras tiene lugar este vital trabajo haremos una pausa en el mundialmente famoso repicar de la Gran Campana para asegurar la seguridad de los que están trabajando en la torre», señalaron las autoridades del Parlamento que la custodian.
Las obras incluyen la instalación de un ascensor en el interior de la torre, entre otros adelantos. Se consideran reformas necesarias para adaptar el edificio a las normativas de seguridad y prevención de incendios, además de implantar medidas de eficiencia energética. Al campanario se accede por una escalera de caracol de 334 peldaños y las «evacuaciones de emergencia se efectúan utilizando una compleja plataforma de descenso», según advierten desde la oficina del guardián.
No es la primera vez que calla el Big Ben desde que entró en acción en 1859. Las campanadas se interrumpieron nueve meses durante una reforma a fondo del engranaje del reloj. También dejaron de repicar entre 1983 y 1985 cuando se emprendieron trabajos de restauración en la torre. Hace diez años, hubo una pausa de seis semanas en el cantar de las horas mientras se ponía a punto el mecanismo medieval de este genuino símbolo de Londres.
GÓMEZ, Lourdes
Las Provincias (15-08-2017)
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