MARTÍNEZ ROIG, Eliseo - El lenguaje de las campanas

El lenguaje de las campanas

1. Introducción
2. Identificación del elemento comunicador
2.1. ¿Instrumento musical?
2.2. Medio de comunicación
2.3. Regulación
2.4. Expresividad 2.5. Diferentes campanas, diferentes toques, mensajes diferentes
3. Elemento social
4. El cambio hacia el desconocimiento
5. La labor de recuperación
6. Conclusión
7. Consideraciones Personales
8. Bibliografía

1. Introducción

En la sociedad actual donde hoy vivimos oímos multitud y diferentes voces. Prácticamente la totalidad de la población se expresa públicamente de alguna forma. Cada día todas las posturas que se pueden adoptar tienen un medio de expresión. A todos nos gusta expresarnos. Pero cada vez se realiza de modo más personalizado, más preciso. Cada uno tiende a expresarse de la forma más directa, personal y original posible. Cada vez la expresividad tiende a ser más individualizada.
Dentro de este panorama, en nuestros días, renace una voz olvidada por muchos. Una voz que pertenece a todos y todas pero que pocos saben reconocer y mucho menos interpretar. Es la voz de nuestras campanas, de esos instrumentos que cuelgan de las torres viendo pasar el tiempo y haciéndose participes de él. De la importancia que tuvieron las campanas y sus toques hoy nos queda lo que algunos se esfuerzan por mantener. Y aquello que otros están dispuestos a permitir.
De tantas voces que existen, siempre hay las que nos gustan más, las que nos parecen más útiles y las que consideramos innecesarias. La ventaja de poder expresarnos todos se ve disminuida por la desventaja de que no sabemos escucharnos unos a otros con total capacidad de comprensión. Aunque a menudo no se reduce a la comprensión, sino a la incapacidad de tolerar las distintas y variadas formas de expresión que enriquecen la sociedad.
Vamos pues, a mostrar que han sido, que son y que se espera que sean las campanas, los campaneros y sus toques. Elemento patrimonial para unos, medio de expresión de otros, molestia para algunos, pero voz para todos.

2. Identificación del elemento comunicador

2.1. ¿Instrumento musical?

Es importante aclarar qué es una campana.
Una campana es un instrumento musical, por supuesto. Su sonido corresponde a una nota musical, que no siempre es buscada. La campana es un instrumento que se percute para hacerla sonar. Tiene diferentes notas, pero la nota que la caracteriza es su nota de golpe, que es aquella que suena cuando se golpea la campana en el lugar adecuado, ni por encima ni por debajo, ese lugar donde el badajo interior o exterior golpea debe ser el preciso.
En nuestra sociedad no tenemos extendido el concepto de campana como instrumento para interpretar melodías, sino que lo más generalizado es la interpretación de ritmos y bases que sirven como mensajes. En Europa si que es mucho más común el uso de las campanas para interpretar piezas musicales. Las campanas que se usan con este fin son los denominados carillones, donde las campanas están afinadas y dan una nota concreta, y estas agrupadas por escalas proporcionan la variedad de notas musicales para interpretar melodías. Por medio de un sistema de teclado y pedales, las campanas son golpeadas por unos martillos exteriores, los cuales están conectados a ese teclado de palancas y pedales.
Pero centrémonos en nuestras campanas, y principalmente en las campanas valencianas. Como hemos dicho, son instrumentos musicales, objetos que producen ritmos que nos dicen algo. ¿A quién se dirigen esos mensajes? Las campanas, ¿sólo llaman a misa? ¿se dirigen a algunos cuantos? Aquí es donde entra en juego un nuevo concepto sobre las campanas y sus toques.


Foto: Luz MARTÍN

2.2. Medio de comunicación

Las campanas con sus sonidos han marcado la sociedad, regulando la vida cotidiana y acompañando una comunidad que vivía al compás de los golpes de campana. Aunque no parezca así, las campanas no hacen ruido, ni sólo llaman a los servicios de las iglesias.
Antiguamente, cuando no existían los relojes ni los teléfonos móviles, las campanas con sus toques controlaban las jornadas, es decir, el día se seguía a ritmo de campanadas. Unas campanadas marcaban las horas y otras los momentos de oración o recogimiento. Al igual que también marcaban la jornada laboral. Por la mañana con el toque de oración se comunicaba que era hora de ir a trabajar, al mediodía con el toque del ángelus, que era la hora de comer y por la tarde con el toque de oración se marcaba que la jornada laboral concluía. La noche empezaba cuando se cerraban los portales de la ciudad al escuchar el toque de cierre de murallas.
Ya vamos aclarando que las campanas marcan, comunican más allá de lo que comúnmente se cree actualmente, que las campanas simplemente son objetos que convocan a misas y actos religiosos.
Estamos tratando a la campana como un medio de comunicación y como un elemento comunitario, es decir, un instrumento musical que con sus toques se expresan sentimientos comunitarios.
La cantidad de mensajes que las campanas pueden ofrecer es innumerable. Podemos ir desde un toque de difunto, de fiesta mayor, hasta toques de dolores de parto o de protección contra tormentas.


Foto: Salomé LÓPEZ

2.3. Regulación

Todos estos toques se explican y se normalizan en unos conjuntos de reglas llamadas Consuetas. Esto normaliza el toque, es decir, regula como ha de ser ejecutado un toque con tal de ser ese toque y no otro, de esta manera los mensajes son claros para los receptores. Esto sería como las gramáticas de regulan la forma y el uso de los idiomas.
Dominica (Herrera)
En la primera part s'alça el Vicent i es deixa dret, pegant quatre mitges voltes. En les altres seccions es peguen tan sols quatre mitges voltes de la campana. Quant toca el quart es deixa caure el Vicent. Una volta estiga parat es torna a alçar i quan està dret es torna a deixar caure. Quan està més baix que en creu s'alcen al mateix temps l'Andreu i l'Úrsula. Una volta l'Andreu dret, es toca l'Úrsula a mitges voltes amb la ma esquerra, mentre que amb la dreta es fa, amb la Violant i la Maria, un, dos o tres trancs, sense coincidir amb la campana menor. L'Andreu enrotlla corda i fa una desfeta i voltes, mentre les altres campanes no paren de tocar al compàs de la menor. Després es deixa caure l'Andreu i una volta està parat es continua fent el repic alternat a l'Úrsula mentre aquesta cau, però sols amb la Violant.
Ejemplo de una parte de la Consueta de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Valencia (1705) escrita por Theodosio HERRERA y BONILLA donde se explica el toque de coro de Adviento o Cuaresma (dominica). Se detalla que se ha de hacer con cada una de las campanas que participan en el toque.


Foto: Luz MARTÍN

2.4. Expresividad

Una vez tenemos los mensajes que los campaneros saben expresar y la gente entiende se hace obligatorio hablar de ese mecanismo de comunicación. Cuando intentamos expresar algún sentimiento se nos hace imprescindible saber de que sentimiento estamos hablando o simplemente sentirlo. Si no sentimos una cosa se hace muy complicado poder expresarla.
Por esta razón el campanero participa del sentimiento compartido y expresado, el campanero forma parte de la comunidad, entonces el que suenen las campanas ha de ser un signo de que la comunidad está viva.
Un ejemplo; en la actualidad los ingleses afirman que si no hay gente para tocar es que no hay comunidad, y no es necesario que suenen las campanas. Es decir, tiene que haber gente para que se exprese el mensaje de la comunidad y para la comunidad, no una máquina que mueva las campanas.


Foto: Luz MARTÍN

2.5. Diferentes campanas, diferentes toques, mensajes diferentes

Distintos sitios, distintas campanas resultan en mensajes diferentes.
Hay diversos tipos de campanas, distintas maneras de fabricarlas. Con perfiles diferentes y por lo tanto sonoridades distintas. En cada región se usan tradicionalmente un tipo u otro, así por ejemplo dentro de España, en Castilla y en las regiones del norte se usan las llamadas campanas romanas, que tienen un perfil delgado y una gran vibración, por eso son típicamente repicadas y puntualmente volteadas, tal y como se hace al este del país o al sur.
En tierras valencianas las campanas son las llamadas esquilones, con un grosor mayor y una acústica diferente.
Lo que también marca diferencias es la manera de hacerlas sonar, ya sea repicando o moviendo las campanas. En la comunidad valencia mantenemos las dos formas de tocar las campanas, unas veces las repicamos y otras veces las movemos, ya sea a medio vuelo o volteadas completamente (el volteo suele estar reservado para las fiestas mayores o grandes del año o para los grandes acontecimientos, aunque también forman parte de toques diarios o semanales en ciertos lugares).
En otras zonas, como Europa, las campanas son generalmente osciladas y marcando la diferencia de toques mediante el número de campanas que participan en el toque.
Hay que tener claro que existen tales diferencias y lo que aquí en València expresamos de una manera, puede ser interpretado de forma distinta para una persona procedente del norte o incluso de la misma zona de L’Horta de València, aunque parezca contradictorio. Tan sólo unos kilómetros hacen falta para que un toque cambie de significado.

3. Elemento social

Hemos de puntualizar que las campanas siempre han sido un elemento importante en la sociedad por su uso como medio de expresión y regulación, pero también por su importancia para la cultura popular.
¿Quién no afirma que sus campanas, las de su pueblo, son las mejores, las que mejor suenan y las más grandes? Es de cajón que para cada uno sus campanas sean las mejores en comparación con las demás.
Y cuántas son las historias y anécdotas que envuelven a la gente con sus campanas. Estas son utilizadas en las tradiciones locales, así como competiendo con ellas, a ver cual se escucha más lejos, quien la hace voltear más rápido, etc.


Foto: Salomé LÓPEZ

4. El cambio hacia el desconocimiento

Es considerable el detenerse e intentar comprender por qué actualmente no se entiende el lenguaje de las campanas. ¿Qué ha propiciado tal desenlace?
La sociedad ha cambiado mucho, todos llevamos un reloj en la muñeca, un teléfono móvil, y no hace falta que nos recuerden que hora es, porque nosotros mismos la podemos controlar con tan solo mirarnos el reloj o la pantalla del móvil.
Las necesidades comunitarias han cambiado también, es decir, cuando hay un incendio, con llamar a los bomberos es suficiente. Antes se tocaba a fuego con una campana y acudían los vecinos para apagar el fuego. La percepción de la sociedad ha evolucionado, hace 100 años las campanas eran necesarias.
Un hecho histórico que ha alterado rotundamente el uso de las campanas y sus toques ha sido la masiva electrificación que sufrieron los bronces durante los años 60 y 70. Se creyó en una “modernidad” que alteró las instalaciones tradicionales de las campanas, alterando de la misma manera la comunicación entre la comunidad. Los mensajes se volvieron repetitivos, monótonos y fríos. Las máquinas no hacían ni interpretaban los toques de la misma forma que los campaneros y nunca lo podrán hacer. El sentimiento que se transmitía se perdió y la creatividad que existía al tocar manualmente desapareció.
Los toques se limitaban a las posibilidades maquinarias i estas posibilidades eran muy escasas. Las limitaciones hacían que los toques fuesen iguales, sin distinciones (justamente lo que generaba la variedad de ritmos, melodías y por tanto, de mensajes).
Es comprensible que hoy en día no se entiendan las campanas. Ha sido una pérdida muy grande, es como si un idioma se hubiese dejado de hablar y ahora mismo no se reconociese.
La pérdida del conocimiento acerca del uso de este instrumento ha llevado a la incomprensión de sus mensajes y por tanto a ver las campanas como meros objetos que llaman a misa o que son innecesarios en la actualidad. El desconocimiento de cómo usar las campanas propicia un mal uso de ellas y si aún sin entender qué nos dicen las campanas, son usadas de manera incorrecta, agravamos la situación.

5. La labor de recuperación

Pero algunos resquicios han llegado a nuestros días y, gracias a la dedicación de importantes personas en el ámbito patrimonial y cultural de la escena valenciana, estamos recuperando esos toques, señales y mensajes que se pueden transmitir con las campanas. No dejemos que se pierda este lenguaje en nuestra tierra. Continuemos hablando desde los campanarios como lo hacían antes, los antiguos. Tratemos de recuperar los sonidos que comunican, transmiten y organizan la sociedad. Además, se intenta recuperar el paisaje sonoro de la ciudad.
A pesar de que no tengan una importancia trascendental para toda la sociedad, ¿deben de continuar los toques tradicionales sólo por respeto a la tradición? ¿es necesario que las campanas sigan hablando si podemos estar informados por otros medios?
La cuestión es patrimonial y cultural. Los mensajes de las campanas son patrimonio de todos. Es la música colectiva. Es lo que nos queda del pasado.
Una cosa ha de quedar clara, y es que las campanas deben de tocar cuando deben de hacerlo. El mal uso que se hace de ellas es lo que provoca que algunos deseen que callen las campanas. Hemos de aprender cuándo y cómo hemos de tocar y escuchar las campanas.
Toda la labor de recuperación de este preciado patrimonio material que son las campanas y de ese patrimonio sonoro que son sus toques, quedaría incompleto si no estuviesen presentes las dos partes del acto comunicativo, el emisor (los campaneros) y los receptores (la comunidad, la sociedad). Es importante el papel de los campaneros, pero tanto lo es el de los que escuchan el doblar de las campanas desde plazas y calles, porque si no la acción comunicativa sería nula. No se comunicaría a nadie, no se acompañaría en sus sentimientos a la comunidad.


Foto: Luz MARTÍN

6. Conclusión

Cómo hemos podido comprobar, las campanas fueron en un tiempo un elemento importante y necesario en la sociedad, que por diversos factores dejaron de serlo y ahora se les está dando esa importancia que nunca debían haber perdido.
Con las campanas muchos fuegos fueron alarmados, multitud de actos anunciados y acompañados, tristes acontecimientos señalados y miles de fiestas celebradas.
Son la voz viva del pasado que resuena con fuerza en el presente esperando poder llegar al futuro. Una voz que suena en las alturas, pero llega a todos. Una voz que es de todos y todas y que por mantenerla han de sentirse orgullosos y orgullosas.
Es esencial que se tenga conocimiento de que las campanas hablan para así hacerlas propias, para sentirse que tocan por uno mismo y por todos, que suenan para cada uno y para todos al mismo tiempo.
Es de gran importancia que aquellos que saben de campanas transmitan sus conocimientos para que algo tan grande como son los toques de campanas y sus significados no se pierdan.


Foto: Salomé LÓPEZ

7. Consideraciones personales

Es un tremendo orgullo para uno mismo sentirse participe de algo tan importante como formar parte de un medio de comunicación tan grande como son las campanas y sus toques. De un sistema comunicativo tan antiguo. Es un tremendo orgullo poder usar las mismas campanas que utilizaban siglos atrás nuestros antepasados para transmitir los mismos sentimientos y mensajes que antaño, pero que hoy en día siguen siendo los mismos, de alegría, de tristeza y de participación.
Poder subir los escalones de una torre medieval, para hacer sonar campanas con siglos de antigüedad y hacerlo de forma voluntaria, de forma personal y con gente que lo hace por placer es algo que es difícil de describir con palabras.
Que un día de fiesta, uno mismo, no lo entienda sin acudir al campanario para compartir el momento de hacer hablar tales instrumentos con otras personas que como yo mismo, se sienten parte de la fiesta y se sienten participes activos del paisaje sonoro de una ciudad que vibra con cada golpe de campana, es un sentimiento que llena, que llena de felicidad y gozo.
La pasión caracteriza a los campaneros de hoy en día, que no escatiman en esfuerzos físicos y personales para hacer sonar las campanas como deben sonar, que dedican tiempo, ganas y horas a hacer algo que a ellos llena, pero que ofrecen a la comunidad, a la gente, a la sociedad.
Con tantos sentimientos, uno sólo puede llegar a otro sentimiento, el de agradecimiento. Agradecimiento a aquellos que han generado el renacer de las campanas y sus toques, agradecimiento a aquellos que no cesan de acudir a tocar y a enseñar a los que no sabemos tanto, agradecimiento a aquellos que nos dedican un libro o unas imágenes, agradecimiento a aquellos que mantienen la esperanza en que aprendamos, sepamos y continuemos con tan bella tradición, y agradecimientos más sencillos pero para nada menos importantes, como agradecer a quien siempre suele pagar el almuerzo, a quien te considera algo más que un compañero de afición, a quien te considera lo poco que sabes y agradecer a quien te tiene en cuenta.
Me es inevitable agradecer (aunque me reitere) a aquellos que te agradecen a ti, que entran en la sala de campanas de la Torre del Micalet y te agradecen una explicación, una charla y te aplauden por hacer sonar las campanas, cuando es algo que haces con amor y pasión porque nace de ti mismo.
Es también importante pedir a aquellos que se sienten molestos con lo que ellos denominan “ruido”, que no se cierren a escuchar. Que pasen de oír a escuchar. Hay multitud de voces en la ciudad y eso da vida a la misma, la enriquece y le aporta carácter. Todas las expresiones son dignas de ser escuchadas. El sonido de las campanas es una de las voces que, desgraciadamente, a algunos molesta, incluso hasta tal punto de pedir su anulación. Es triste para mi que no se lleguen a apreciar los sonidos de una ciudad o pueblo y que por esa razón, se desprecien.
Y tan importante es eso, como importante es que se tenga la gran oportunidad de expresar todo esto delante de un aula universitaria. Que se de la oportunidad de exponer lo que uno pueda conocer sobre un tema. Y que por ello pueda transmitirlo a los demás. Agradecer a Ricard Morant también por su visión de la comunicación, por hacernos a todos participes de ella, de habernos comunicado unos con otros y haber aprendido todos de todos. Ha sido una gran y bonita forma de aprender que estamos en constante comunicación, que no dejamos de expresarnos. Agradecer el interés que ha mostrado desde el primer momento hacia el tema de las campanas y su disposición.
Terminar con un comentario que resume en unas palabras la idea que he querido transmitir explicando el mundo de las campanas:

Sentimientos de dolor, de alegría, el paso del tiempo se expresan de nuevo con manos nuevas en campanas viejas. La ciudad de València está viva, y su corazón, las campanas de la catedral colaboran a transmitir, del mismo modo que hace cuatro o cinco siglos, los sentimientos, las sensaciones, el patrimonio, la historia de una ciudad, de nuestra ciudad.
CAMPANAS VIVAS, CAMPANAS CON ALMA.


Foto: Luz MARTÍN

Bibliografía

Fotografía

MARTÍNEZ ROIG, Eliseo (2009)

  • Catedral de Santa Maria - VALÈNCIA: Campanas, campaneros y toques
  • VALÈNCIA: Campanas, campaneros y toques
  • CAMPANERS DE LA CATEDRAL DE VALÈNCIA (VALÈNCIA) : Toques y otras actividades
  • MARTÍNEZ ROIG, ELISEU (PAIPORTA) : Investigador, escritor, compositor
  • MARTÍNEZ ROIG, ELISEU (PAIPORTA) : Toques y otras actividades

     

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    Actualización: 19-04-2024
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