La Torre de las Campanas de la Catedral, de nuevo al completo
Después de “lucirse” en ARPA, la Bienal de la Restauración y Gestión del Patrimonio celebrada durante la semana pasada en Valladolid, las 4 campanas de la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo, enviadas a restaurar el pasado mes de febrero, regresaron en la mañana del martes a Miróbriga, con un look completamente diferente al que tenían cuando se marcharon.
Las cuatro campanas han vuelto con un “color” diferente después de la restauración llevada a cabo por la empresa valenciana 2001 Técnica y Artesanía. Según explicó el Vicario General de la Diócesis, Nicolás Martín Matías, al limpiarlas han quedado con un color que parece cobre, pero con el tiempo volverán a adquirir el característico color de bronce que tenían.
Como se puede ver en las fotografías, la imagen de estas 4 campanas contrasta con la del resto de la Torre de Campanas. La intención del Cabildo Catedralicio es continuar con la restauración, “cuando haya dinero”. De momento, la actual intervención ha costado 52.000 euros, aportados íntegramente por el propio Cabildo. Además de la actuación en lo que es la campana en sí, se han remozado por completo los yugos, pareciendo totalmente nuevos.
Tanto las campanas como los yugos pudieron ser contemplados por numerosos mirobrigenses y turistas durante la mañana del martes en la Plazuela de Herrasti, antes de que fueran subidos. Cuando se desmontaron, en febrero, se llegaron a colocar en el suelo para que fueran mejor apreciados por todos. En esta ocasión no fue así, porque las campanas tienen una novedad: a partir de ahora sonarán con badajo, en vez de con martillo. Según Nicolás Martín, esto permitirá una mejor conservación. Las campanas no llegarán a voltear por completo, pero sí se moverán.
El badajo, estratégicamente colocado en los palés sobre los que viajaban las campanas en un camión, hizo que fueran enganchadas directamente desde ahí para ir surcando gracias a una grúa el despejado cielo de Miróbriga. En primer lugar, se subieron las dos más pequeñas, las que dan a la Plazuela de Herrasti: San Antonio y Santa Bárbara, de 185, y 210 kilos, respectivamente. Precisamente, el Vicario de la Diócesis probó el sonido de los nuevos badajos cuando se subía la primera de ellas.
Finalizada esta tarea, se colocaron las dos campanas de la cara de la Torre de las Campanas más cercana a la muralla: María y Santísimo Sacramento. Esta operación fue algo más compleja, al tener que maniobrar el brazo de la grúa. Estas dos campanas pesan, respectivamente, 385 y 425 kilos.
El proceso de subida y montaje de cada campana duró entre 45 minutos y 1 hora, siendo la parte más laboriosa el anclaje en la propia Torre de las Campanas. Ésta operación de anclaje fue realizada por tres operarios, dos de ellos controlando los laterales de cada campana, y un tercero, que iba moviendo la campana a través de unos cables tensionados. Precisamente, aprovechando esta operación, se han colocado unas redes para evitar que las palomas aniden en la Torre.
El Vicario General de la Diócesis se mostró muy satisfecho por la restauración, y porque hayan podido estar listas antes de la celebración del Corpus Christi, algo que no era seguro.
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