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1855-1857 |
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Arquitecto |
Fermín Vivaceta |
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Descripción |
La actual torre es el cuarto campanario con que cuenta la iglesia. Se construcción finalizó el año 1857, y es obra del arquitecto Fermín Vivaceta (1829-1890)
La torre (una estructura de madera) se compone de la siguiente manera: una gran caja de escaleras (que constituye la parte más antigua del conjunto); una sala baja, que conduce a la sala de campanas; la sala de campanas; la sala del reloj (cuyo foso atraviesa la sala de campanas y la sala baja); y finalmente la linterna, donde se ubican las campanas del reloj, y por donde se accede a un pequeño balcón exterior
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Protección |
Monumento histórico desde 1951 |
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Campanas |
La iglesia cuenta con un valioso conjunto de campanas, entre las cuales se encuentran algunas piezas de antigua data y gran valor patrimonial. El conjunto puede dividirse en 3 familias: las campanas litúrgicas; las campanas del reloj; y las campanas de señales.
El conjunto de campanas litúrgicas está compuesto en su mayoría por piezas del siglo XIX. Se trata de 5 campanas de diverso origen, entre las cuales puede contarse una pequeña campana industrial de la Fundición Libertad; una pequeña campana fechable a la época colonial (a juzgar por sus características morfológicas y epigráficas); una campana mediana, fabricada por Miguel de Sierra en 1846; la campana “San Buenaventura” (también mediana), refundida por la Fundición Yungai según un original de 1808; y finalmente la gran campana “Nuestra Señora de Purísima y Nuestro Padre San Francisco”, fundida en 1855 por un tal Molinié, uno de los primeros fabricantes no artesanales de Santiago
Las 3 campanas de reloj son igualmente diversas en su factura. De ellas, solo la campana del reloj (1855), parece haber sido destinada originalmente a un uso horario (tal como se expresa en su epigrafía). Las 2 campanas de cuartos en tanto, son de antigua data (coloniales, a juzgar por sus características morfológicas y epigráficas), y parecen haber sido adaptadas al reloj tras desempeñarse como campanas litúrgicas o de señales
En cuanto a las 2 campanas de señales, ambas pueden fecharse en la época colonial, siendo posiblemente algunas de las piezas más antiguas del conjunto
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Toques tradicionales de campanas |
La iglesia debió contar con un extenso repertorio de toques, asociados tanto a la vida conventual como a celebraciones litúrgicas de carácter público. En su visita a Chile (entre 1820 y 1821) Peter Schmidtmeyer ha dado un sorprendente testimonio de como se tocaban las campanas en algunos templos de la ciudad, que bien pudo ser el caso de San Francisco:
“Las campanas de las Iglesias no se tocan con badajos y cuerdas, sino que los frailes las golpean en su borde exterior, por medio de trozos de metal. Los sonidos así obtenidos no pueden entrar en competencia de habilidad musical, con los cambios del tañido atiplado o agudo de una Iglesia Bow, ni se adaptan mucho para llamar a la gente al servicio divino, pero para las fiestas y regocijos producen un redoble mucho más alegre y espiritual que las famosas de aquellas. Los frailes de Santiago parecen muy afectos a ese juego y se les puede ver en sus torres martillando durante horas y horas, con apenas una interrupción”
En efecto, en dos de las campanas pueden observarse marcas exteriores provocadas por un elemento percusivo. Es posible que se trate de vestigios de dicha modalidad de toque, que pudo emplearse en Santiago al menos hasta la década de 1850.
Hasta el año 2011, el sacristán realizaba un llamado a misa en el cual se empleaban 3 campanas: la campana "San Buenaventura", la campana de 1846, y la campana mayor. Este toque dejó de realizarse tras la instalación del sistema de electromazos, instalados el año 2012. Este sistema resultó dañado tras el terremoto de 2010, sin que se repare hasta la fecha |
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Toques actuales de campanas |
A partir del año 2014, el "Grupo de campaneros de Santiago" ha realizado diversos toques en el templo, en coincidencia con ciertas solemnidades del calendario litúrgico. |
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Toques propuestos de campanas |
Aparte los posibles toques extraordinarios, debiera implementarse una señal diaria para llamar a misa. Esta se encuentra contemplada en el artículo nro. 2 de la "Ordenanza para el Tañido de las Campanas", promulgada por el Arzobispo de Santiago Rafael Valentín Valdivieso (1872). Según este documento, el toque debe consistir en "[...] doce toques de campana continuados, repetidos por tres veces, mediando entre uno i otro el espacio de algunos minutos, i concluyendo el primero con un toque aislado; el segundo con dos i el tercero con tres, para que los fieles conozcan la proximidad de la misa"
Esta señal podría realizarse con la campana "San Buenaventura", o con la campana de 1846. |
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AutorSATO, Eduardo (31-03-2006) SATO, Eduardo (09-12-2010) |
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