Torre catedralicia, con dos cuerpos de campanas, que siempre convocaron a los distintos cultos y a especiales sucesos
El volteo, de nuevo -alegre o fúnebre-, de las campanas de la Catedral, así como la refundición de una de ellas. Es una posibilidad. O un proyecto del Cabildo del primer templo diocesano. Además, se trataría de reparar el antiguo reloj de la torre, construida en el siglo XIII, tal vez como defensa. Son algunas de las prioridades de los capitulares zamoranos. Hay otras, aunque de presupuesto mayor, «aparcadas», como es el Museo de Tapices, que revalorice su presentación (más adecuada) y potencie su conservación (con mayores seguridades).
La recuperación del antiguo reloj plantea varias posibilidades: la limpieza y la restauración de su maquinaria original, que sería colocada en el Museo Catedralicio, y dotarle de un sistema digital, que, mediante la tecnología, le permitiera «mantener siempre la exactitud», señalan fuentes del órgano colegial de la diócesis. Además, se procedería a instalar la esfera, que ahora se halla colocada entre paneles de madera. Los canónigos no han determinado la opción: si recuperar la antigua o proveerla de una nueva. Tampoco se ha definido su ubicación. ¿Podría ser como coronación del arco superior?
Recientemente, un técnico de una Casa especializada visitó la Catedral zamorana. Y el Cabildo le ha encomendado «un triple proyecto», que consiste en la posible restauración y puesta en funcionamiento del reloj de la torre, la revisión de las campanas -«para que suenen como siempre», se indica- y la refundición de «la campana grande».
El "Inventario", que realizó Francesc Llop i Bayo en 2006, abogaba en nueve casos por la incoación de expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural. En otro, se hablaba de la necesidad de iniciar el mismo procedimiento «para incluirla en el Inventario General de Bienes Muebles». Y los bronces, que también se ven afectados por la presencia de palomas, son once. Los sistemas ideados contra aquéllas -a causa de sus corrosivos excrementos- no han dado el resultado buscado. Los cristales y otras protecciones sólo han obtenido parcialmente los objetivos propuestos. Y, además, la acústica se resiente.
Llop destacaba que las campanas de mayor antigüedad, cuatro, son góticas: fueron fundidas en 1550. En el siglo posterior, en el XVII, se datan otras tantas, que se fechan en 1632, 1650 (dos) y 1679. La colocación de la última, denominada "Nuestra Señora de la Concepción" o "La Bomba", se efectuó en 1908. Moisés Díez, de Palencia, fue su fundidor. No existe uniformidad en el conjunto. Diferentes fueron sus orígenes y distintas son sus épocas y características (los diámetros, de 193 a 66 centímetros; las alturas, de 129 a 62; el peso, de 4.162 a 166 kilos; la epigrafía, cenefas de hojas de acanto, cordones, cruces, moldes y marcas de fábrica). En cuanto a los yugos, hay vigas de hierro fijas, de madera con palancas para el volteo...
El experto no puede ser más diáfano en un apartado del informe: el de instalación. Reitera una y otra vez: «ha sido sustituida y debe ser reconstruida para restaurar los valores sonoros y culturales del instrumento, así como los toques tradicionales». Y parecidas veces se resalta: «la instalación es original y debe ser conservada para proteger la sonoridad y otros valores culturales». Los campanarios tienen varias finalidades. Y una de ellas «es la de servir de caja de resonancia, practicable, y conservando los valores originales de los toques, las campanas y las tradiciones locales».
Las capitulares prosiguen, entretanto, con el decidido propósito la restauración de los tapices flamencos. En la actualidad, tres se hallan en el Taller de Pepa Garrido. Pertenecen a la colección de Aníbal. El Cabildo muestra su preocupación, «de cara a un futuro inmediato», por la «correcta instalación» de esos paños, tan valioso histórica y artísticamente. Porque se exponen en distintos espacios (Museo y Sala Capitular), y es patente el difícil acceso de los mayores a una de las estancias (a través de una escalera). El organismo diocesano considera que debe irse a la búsqueda de una «definitiva» instalación.
«Hay dos criterios o principios claros: las obras efectuadas por la Junta en la Catedral son inestimables, y estamos agradecidísimos a la acción del Gobierno regional con el primer templo. Lo último: la renovación total del piso». Pero «si nos ayudan a restaurar la Seo, nosotros debemos conservarla. Y ésta es la tarea del Cabildo», señala el portavoz. El cobro de una pequeña cantidad para contemplar el templo y su excelente Museo -destacan los tapices flamencos, pero además pueden verse obras como la Custodia procesional de inicios del XVI, el Altar de Plata del Monumento, la imagen de "la Virgen con el Niño Jesús y San Juanito" atribuida a Bartolomé Ordóñez, la "Virgen de Belén" tallada por Sebastián Ducete, las esculturas que aparecieron en los arcosolios de la capilla de San Juan, dos tablas del taller de Fernando Gallego...- es una aportación económica que «permite abordar la mejor conservación de la Catedral», aunque resulte insuficiente. Y el público foráneo, sobre todo, «lo ve bien».
© La Opinión de Zamora (2007) © Campaners de la Catedral de València (2024) campaners@hotmail.com Actualización: 11-10-2024 |