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Los toques manuales de campana constituyen un valor técnico y cultural autóctono valenciano
El pleno del Consell ha declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial (BIC) el toque manual de campana todavía vigente en el Campanar de la Vila, más conocido como El Fadrí. La institución tomó ayer la decisión, otorgando esta consideración cultural al popular emblema castellonense junto a los campanares de la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Albaida, de la iglesia Catedral Basílica de Santa María de la Asunción de Segorbe y de la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Valencia.
Los toques manuales de campana constituyen un patrimonio inmaterial e intangible. Se utilizan campanas históricas y documentos antiguos en su ejecución y se realizan en un lugar, que ya de por sí, resulta ser patrimonio monumental. Asimismo, la realización de la actividad está consolidada como "manifestación artística y muestra de tradiciones, conocimientos y técnicas propiamente valencianas".
La práctica del toque manual de campanas se perdió en torno a 1990 debido a la electrificación y motorización del mecanismo. Su valor cultural reside en el hecho de que estos enclaves son cuatro de los poquísimos que conservan la cultura campanar a día de hoy en España. Constituyen el paradigma, el patrimonio inmaterial e intangible mejor conservado y, por tanto, merecedor del mayor nivel de protección.
La protección de estos cuatro conjuntos de toques manuales de campanas como bien de interés cultural de carácter inmaterial supone no solo la protección genéricas de esta actividad, conocimientos, técnicas, sino también de las instalaciones, las campanas y los toques en su estado actual, sin interferir en su uso habitual para toques diarios, festivos o de difuntos o, incluso, para conciertos extraordinarios.
El toque de campanas se consideraba parte del paisaje cultural y sonoro de los valencianos desde la época de Jaume I, así como la voz de la comunidad. Dotaba de una identidad propia a la localidad e informaba del funcionamiento colectivo.
El Campanar del Fadrí es de propiedad municipal, por eso también se le puede llamar Campanar de la Vila. Su particularidad reside en que se encuentra separado de la concatedral de Santa Maria, a diferencia de otros campanarios que se encuentran integrados en el mismo edificio eclesiástico. El propio campanar ya fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2007. Gigante escultura octogonal, de 56 metros de altura y 32 de circunferencia.
EUROPA PRESS
Levante - El Mercantil Valenciano (03-08-2013)
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