Los campaneros aseguran que la ordenanza protege el tañido al considerarse de «tradicional consenso»
Un grupo de personas circulan frente a la iglesia de San Nicolás, cuyo campanario enmudeció ayer por orden del Ayuntamiento de Valencia - Autor: MARSILLA, Irene - LAS PROVINCIAS
El campanario del convento de San José de la Montaña también ha enmudecido este año después de recibir una carta del Ayuntamiento de Valencia, como el de San Nicolás, cuyas campanas ya no doblaron ayer. Así lo asegura la superiora del convento, que señala que recibieron la carta «hace un mes» y desde entonces dejaron de dar las horas como hacían desde hacía décadas, con la peculiaridad de que el suyo es uno de los pocos relojes manuales que quedan en la ciudad.
La decisión del Consistorio respecto a San José de la Montaña llega tras una denuncia vecinal. La historia viene de lejos porque ya en 2009 una vecina protestó y tras avisar al convento, las propias monjas decidieron dejar de repicar las campanas por la noche. Ahora, otra denuncia ha motivado que dejen de dar las horas. El documento que recibieron les daba quince días para subsanar los problemas pero, mientras tanto, el Consistorio ordenaba el cese de la actividad. El Ayuntamiento confirmó que el convento fue requerido para que solucionara la situación en 2009 y recientemente han vuelto a superar los límites, por lo que se les ha vuelto a reclamar que corrijan la situación y que mientras no lo hicieran cesaran el toque de campanas.
Las monjas han recurrido, como también lo hará San Nicolás, tal como confirmó ayer el párroco, Antonio Corbí. La indignación era total entre feligreses y vecinos. «Nosotros respetamos la legislación y hemos acatado lo que indica la notificación del Ayuntamiento», explica Corbí, que desvela que había tres toques en la iglesia: a las 9.30 horas, a las 12 horas y a las 20 horas, además de para la misa del domingo. «Más que contaminación acústica, es contaminación ideológica porque hacen una lectura parcial de las ordenanzas», critica el párroco.
La historia viene de lejos. Aunque la decisión del Consistorio de impedir que sigan tocando las campanas llega tras un informe emitido el 13 de enero de 2017, y después incluso de que el Síndic de Greuges reclamara soluciones al templo según indican fuentes municipales, Corbí desvela que recibieron una notificación en la que se les informaba de que se abría expediente y de que técnicos municipales iban a hacer una medición sonora. «La hicieron y parece que han dado por hecho que las campanas suenas de forma continua», razona Corbí, que insiste en que son Bien de Interés Cultural «y las campanas son un elemento patrimonial más, una de ellas es del siglo XVIII». «El toque es automático pero hay un proyecto pendiente para que transformarlo en manual con ayuda del Gremi de Campaners», comenta Corbí. Esta cuestión es importante porque es el toque manual el que la ordenanza defiende en caso de celebraciones tradicionales.
Ahora, San Nicolás recurrirá la orden municipal «porque hay plazo para ello». «Vamos a contestar a la medición realizada por el Ayuntamiento porque no entendemos los motivos, sería absurdo que alguien denunciara las mascletaes y que se anularan por exceso de ruido si sólo son cinco minutos durante 19 días», comenta Corbí, que tilda la decisión del servicio de Contaminación Acústica de «provocación»: «Es irónico que el problema de Ciutat Vella sean las campanas de San Nicolás con toda la degradación que existe en los barrios» de la Seu y el Carmen.
Mientras, la asociación de Campaneros de la Catedral de Valencia asegura que los toques de las campanas están protegidos por la ordenanza municipal. La entidad, presidida por Francesc Llop, critica la decisión del Ayuntamiento de Valencia de suspender el toque de campanas de San Nicolás, mientras que fuentes municipales insisten en que sólo durante fiestas tradicionales están exentos los campanarios de cumplir la normativa respecto a ruido en la calle.
Llop comenta que la lectura del Consistorio de la ordenanza es restrictiva. «Cuando uno vive al lado de una iglesia sabe lo que hay. Los campanarios ayudan a trazar un paisaje sonoro», asegura el presidente de la asociación de campaneros, que cree que el toque está protegido por el artículo 15 de la Ordenanza de Contaminación Acústica del Ayuntamiento, que habla de los avisos sonoros. En este artículo se prohibe, «con carácter general, el empleo en espacios públicos de todo dispositivo sonoro con fines de propaganda, reclamo, aviso, distracción o análogos, cuyas condiciones de funcionamiento produzcan molestias». Sin embargo, el segundo párrafo es en el que se apoya Llop para asegurar que el toque de campanas está protegido: «Esta prohibición no regirá en los casos de emergencia o de tradicional consenso, tales como toques de campanario con motivo de fiestas». La entidad que preside Llop es consciente de que con las campanadas cada hora hay que tener en cuenta que pueden molestar a los vecinos.
Hay otro artículo en la ordenanza que parece abrir la mano al menos en lo que a toque de campanas en las fiestas se refiere. Es la disposición adicional primera, que enumera las fiestas de la ciudad en las que la limitación de ruido pede levantarse si así lo considera el Ayuntamiento: «En todos estos supuestos, cuando tradicionalmente conlleven la realización de toques de campana de carácter manual, se eximen del cumplimiento de los niveles de perturbación máximos establecidos los citados toques, por su valor histórico y patrimonial, especialmente en el caso del Campanario de la Catedral de Valencia».
Pero San José de la Montaña y San Nicolás no son los dos únicos campanarios silenciados por presión vecinal o municipal. Según fuentes conocedoras de la situación, el de Nuestra Señora del Puig en la plaza Vicente Iborra ha reducido por decisión propia la cantidad de toques diarios tras recibir quejas vecinales, y el de la parroquia de las Escuelas Pías en la calle Carniceros ha hecho lo propio, según explica Llop.
Años antes, en 1999, el Miguelete de la Catedral de Valencia enmudeció por las noches y dejó de dar las horas ante las quejas vecinales. Fue la primera vez en cientos de años en que el silencio llegó al campanario de la Catedral, que durante siglos tras la entrada de Jaume I en Valencia en 1238 sirvió de reloj de la ciudad. También fueron silenciados otros relojes de la ciudad, como el del Colegio Seminario del Corpus Christi, más conocido como Colegio del Patriarca, o el del Ayuntamiento de Valencia, que dejaron de dar las horas por la noche para evitarse quejas vecinales.
El portavoz municipal de Ciudadanos, Fernando Giner, preguntó al alcalde de la ciudad, Joan Ribó, qué piensa hacer para «mediar para solucionar el conflicto de las campanas de San Nicolás». Para el portavoz de C's «se debe respetar la tradición y consensuar con el descanso de los vecinos y todo tiene que ser posible». «El alcalde está para consensuar, porque se ha mostrado experto en dividir. Ahora tiene una buena oportunidad para demostrar que es capaz de mediar», comentó Giner.
Cabe destacar que el toque de campanas manual no es Bien de Interés Cultural, al menos no todos ellos. El pleno del Consell declaró en 2013 BIC los toques manuales de campana todavía vigentes en la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora de Albaida, en el Campanar de la Vila de Castellón de la Plana, en la Santa Iglesia Catedral Basílica de Santa María de la Asunción de Segorbe y en la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Valencia. Los toques manuales de campana constituyen un patrimonio inmaterial e intangible y se utilizan campanas históricas y documentos antiguos en su ejecución, según el Consell.
DOMINGO, Isabel; SERRANO, Álex
Las Provincias (29-01-2017)
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