Ricardo Fandiño y su familia vivieron durante dos décadas en una pequeña casa en los tejados de la Basílica
Tenían un corral con gallinas y un probador donde el también sastre confeccionaba los trajes de sus clientes
También fue tiraboleiro del Botafumeiro y ejerció de guía
Zona en la que estaba ubicada la pequeña casa del campanero de la Catedral. Se encontraba junto a la peineta del Obradoiro, entre las dos torres - Autor: REBOYRAS, Arturo / EL CORREO GALLEGO
Un corral en las cubiertas de la Catedral, con sus gallinas y un hermoso gallo que cantaba cada mañana para despertar a los vecinos del entorno de la Basílica compostelana y también a la familia de Ricardo Fandiño Lage. Algunos santiagueses todavía se acordarán de ambos: tanto del pollo que cantaba como de su dueño, el último campanero de la Catedral. Natural del municipio de Sobrado dos Monxes, Fandiño se ocupó durante casi cuarenta años de los repiques diarios en el templo metropolitano. Comenzó en el cargo en 1940, cobrando 180 pesetas al mes, las mismas que cobraban el resto de empleados de la Basílica.
Solo que él, a diferencia de sus compañeros, tenía el privilegio de vivir en uno de los lugares más exclusivos, artísticamente hablando, de la ciudad: las cubiertas de la Catedral. Ricardo residió durante 20 años junto con su mujer y sus tres hijos en una pequeña casa situada junto a la peineta, entre las dos torres de la fachada del Obradoiro. Cada día se encargaba de los diferentes toques para anunciar las celebraciones litúrgicas que se celebraban en el templo o los momentos de oración, como el Angelus de las doce de la mañana.
REBOYRAS, Arturo
El Correo Gallego (11-12-2017)
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