

| Descripción |
Anexo a la cabecera de la vieja iglesia románica se levantó, tal vez en época moderna, un recio torreón, construido en sillarejo reforzado con sillares esquineros. La preeminente situación de Castiello, colgado de una peña junto al camino de Francia, pudo contribuir a la concepción, por entonces, de una torre de aires fortificados, con el acceso en alto y repleta de angostas aspilleras defensivas. La misma iglesia medieval había sido construida –según la arqueología– sobre un antiguo castillo, del cual procede la toponimia del pueblo. De hecho, a juzgar por sus paramentos, la torre original debió ser un torreón enteramente opaco, al cual se coronó después con una doble espadaña –todavía conservada–, para albergar las campanillas de la iglesia. No debió ser hasta fechas mucho más tardías que a aquella espadaña se la abandonó y, en su lugar, a la vieja torre defensiva se le practicaron cuatro ventanales, para albergar un conjunto de campanas más capaz. Desde entonces, como la tradición jaquesa de la época instituía para las iglesias de este rango, el campanario contaría con cuatro bronces: dos campanillos, en la cara este; y con dos campanas grandes, en la sur, allí donde se concentraba la mayoría del caserío del pueblo. El resto de paños de la nueva sala de campanas, faltos de uso, se mantuvieron cegados, con el propósito de focalizar el sonido de las campanas y, al mismo tiempo, de aislar un espacio altamente expuesto a las inclemencias de la meteorología pirenaica. El espacio fue entonces cubierto con un simple tejadillo de losa de doble vertiente, solución de cubierta muy manida en la torrología pirenaica, técnicamente muy sencilla, pero bien efectiva en el desagüe de la abundante pluviometría montañesa. |
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AutorRUIZ i ENGRA, Antoni; SARRIÓ ANDRÉS, Pau M. ["El paisaje sonoro de la Jacetania: campanas, toques y relojes públicos" (Asociación Sancho Ramírez y Comarca de la Jacetania). Documentación del campanario, las campanas, los toques tradicionales y el reloj] (22-09-2018) |
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