El Escorial dos torres de campanas y tres modos diferentes de emplear las campanas: torre del carillón y torre del reloj y de las campanas litúrgicas. Vamos a explorar los tres aspectos ya que pertenecen a mundos diferentes.
las campanas litúrgicas: un tiempo antiguo, adaptado a dos ciclos naturales e incoherentes entre sí, el ciclo lunar, más antiguo (Pascua); el ciclo solar, más "moderno" (calendario, historia) y la semana como articulación entre ambos ciclos. Por tanto el tiempo de la Iglesia el el mismo timempo de la sociedad tradicional, un timepo más natural, más humano, cíclico, repetido. El reloj es un tiempo regular, ideal, no relacionado con la naturaleza ( tiempo medio) - lineal, regular, irrepetible.
Las campanas, el tiempo de la Iglesia mientras que el reloj es el tiempo civil, aquel que llaman "el tiempo del mercader". En Europa ambos tiempos se oponen y a principios del XV aparecen torres separadas, dando origen al carillón - conjunto de campanas de uso cívico, al servicio del poder civil. Sin embargo en nuestras tierras las campanas no se separan totalmente del reloj; en los pueblos y en las villas las campanas sirven para ambos menesteres mientras que en las ciudades y en los grandes monasterios aparecen campanas diferenciadas para marcar el tiempo pero siguen siendo las campanas eclesiales las que marcan las actividades comunitarias (València: el toque de apertura y cierre de murallas coinciden toque de oración, a pesar del reloj existente en la Catedral desde el finales del siglo XIV).
El carillón nace en Europa en contextos cívicos, burgueses (de los burgos, o de las ciudades que muestran así su poder frente a la Iglesia y frente a la Corona). En España en contextos de la Corte es denominado "música de campanillas", "órgano de campanillas" a pesar de contar con campanas incluso mayores que las litúrgicas. Solamente ahora, en tiempos recientes, aparecen carillones en otros contextos digamos cívicos: Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Madrid (pero mecánico, un mal instrumento), quizás Generalitat Valenciana. Hay otros carillones anteriores abandonados: Córdoba, Xàtiva y los múltiples automáticos de cajas de ahorros, de basílicas, incluso de alguna catedral.
Las campanas buscan la comunicación, los toques con significado (y no sólo de llamada, como veremos). Son "música repetitiva" donde el mensaje no es lineal ni la suma de cada parte como ocurre en el Morse o incluso otros sistemas de toques de campanas (incendios València o muertos England) sino que el mensaje es el conjunto integral de ritmos y/o campanas empleados.
En el carillón, la música, la interpretación es el mensaje, si es que hay una voluntad de interpretación, y quizás un intento de comunicación, pero mientras que en los toques de campanas tienen como carácter predominante el ritmo, en el carillón se busca la melodía.
Por tanto las campanas se basan en la diferencia sonora con una coherencia interna diferente de las campanas de carillón. No importa la afinación absoluta de cada campana, sino su diferencia relativa (la mediana, la mayor, la pequeña... tengan la nota que tengan) mientras que un carillón necesita una afinación estricta (aunque son posibles varios modos: el carillón de El Escorial está basado en intervalos distintos a los actuales, semitonos temperados, que hacen que las campanas suenen "desafinadas" para músicos académicos.
Si todo separa las campanas de los carillones, cómo relacionar unas campanas con las otras? Intentemos hacerlo a través de las técnicas y de ciertos usos comunitarios
Dejaremos fuera los procesos de electrificación y de desprecio hacia las campanas y otros mecanismos que nos alargarían mucho y nos desviarían de nuestro tema: la relación amor/odio (o la afinidad/enfrentamiento entre las campanas "normales" (nuestras campanas) y los carillones (las campanas de "los otros") que en el caso de El Escorial hay que decir "las campanas de vosotros". También dejaremos aparte los volteos, los balanceos y cualquier otro uso de las campanas. Nos basaremos en distintos vídeos de trabajos de campo que utilizamos para nuestra tesis doctoral y otras investigaciones de campanas, campaneros y toques.
Toque de Solem
Otra sonoridad, campanas "castellanas". Simplemente unas cuerdas de la mano al badajo
Repique
Dos campanas pero otra sonoridad, otro ritmo y otras técnicas (gran esfuerzo y relativamente poca creatividad pero se trata del único campanero tradicional encontrado en la Comunidad de Madrid. Ritmo estereotipado pero habitual en la fase final de la tradición y que puede servir de punto de partida para los "nuevos campaneros".
Repique de muertos
Dos campanas, una técnica más evolucionada, repicando con la punta de los dedos. Cuerdas que pasan el peso del badajo a la pared, se tocancon un mínimo esfuerzo y otro significado: repique muy rápido, pero es un toque de difuntos.
Procesión
Tres campanas. Una técnica sencilla y eficaz.
Repique de fiestas
Tres campanas - Cierto "teclado" y "pedal".
Hogueras
4 campanas. Música de acompañamiento.
Repique
4 campanas. Cierta técnica que no permite excesivos controles de las campanas.
Repiques de la procesión claustral
Otra técnica poco eficaz pero ingeniosa para mover cuatro campanas a la vez, nuevamente música de acompañamiento que acompañan ciertos rituales
El de muerto
Toque de difuntos, modulación de volumen y ritmo, música de acompañamiento (durante el entierro)
Segunda clase
Parecido a un carillón, utiliza manos y pies, se encuentra en el camino de Santiago; ¿introducido por un peregrino? ¡Desaparecido!
Técnicas más complejas al aumentar el número de las campanas y ampliación de los toques que no solamente "llaman" sino que acompañan, son música comunitaria.
El carillón es una música culta, ajena a la tradición popular local pero propia e históricamente integrada en el Escorial .
Tanto las campanas de carillón como las campanas litúrgicas tocadas a mano, significan una participación personal en el paisaje sonoro comunitario.
Por el contrario, los automatismos, de unas u otras campanas, pueden producir músicas perfectas, pero carentes de alma, y muy lejos de la comunicación de emociones.
No son músicas incompatibles sino diferentes; pertenecen a mundos culturales distintos y en el Escorial pueden armonizarse, encontrar su punto de relación, pero permaneciendo cada una en su torre y en su nivel; ahora es posible entender algunas particularidades del carillón de El Escorial y de su historia.
Es preciso crear una nueva sensibilidad respecto a campanas y carillones que nos permitirá reconocerlos como el más alto hecho musical comunitario, la más alta música enviada desde la soledad y de la cual puede participar todo el grupo.
LLOP i BAYO, Francesc
(27-08-1990)